RÍO DE JANEIRO (Agencias).— El vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, expresó ayer en Brasil el deseo de su país de ampliar los vínculos con América Latina y dijo que existe la oportunidad para “una nueva era” en las relaciones entre ambos.

“No hay ningún socio más significativo en este empeño que Brasil” , dijo Biden en un discurso en el puerto de Río de Janeiro, al inicio de una visita de tres días al país suramericano, a donde llegó procedente de Trinidad y Tobago, y Colombia.

El vicepresidente dijo que hay “un nuevo sentimiento de dinamismo en las Américas” y que existe un “momento de oportunidad para una nueva era de relaciones entre Estados Unidos y las Américas”.

Biden indicó que Washington quiere relaciones “más profundas” con sus vecinos del sur, en particular con Brasil. Aseveró que el gigante suramericano ha demostrado que “es falsa la alternativa ofrecida en otros países de este hemisferio y del mundo” entre democracia y desarrollo, aunque no citó a ninguno de ellos.

Biden destacó el conocimiento de Estados Unidos en la extracción de petróleo en aguas profundas, como los grandes yacimientos encontrados en Brasil, y dijo que está listo para ser socio del país suramericano en esos emprendimientos.

Biden exhortó a Brasil, que históricamente ha evitado criticar a gobiernos autoritarios desde Cuba hasta Medio Oriente, a ser más abierto en la defensa de la democracia.

Mientras elogiaba su exitoso crecimiento, Biden dijo: “Lo que viene con eso es la responsabilidad a nivel mundial de involucrarse más”.

Tras diferencias en los gobiernos previos en asuntos como comercio y políticas sobre Medio Oriente, Rousseff y su par estadounidense, Barack Obama, han fraguado lazos con expectativas de que los países puedan convertirse en mercados cada vez más importantes mutuamente.

Washington sigue exhortando a Brasil para que apoye a Boeing en los planes de una compra destinada a mejorar su flota de aviones de combate. Brasilia, por su parte, busca obtener el apoyo estadounidense para acceder a un ansiado asiento permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.