WASHINGTON.— Las agresiones sexuales en las fuerzas armadas son una epidemia en aumento en todas las ramas y miles de víctimas aún no están dispuestas a salir a la luz, a pesar de una serie de nuevos programas de asistencia y supervisión, reveló ayer un informe del Pentágono, según el cual, en 2012, 26 mil personas en el seno de las fuerzas armadas fueron víctimas de ataques sexuales, una cifra muy superior a los 19 mil casos registrados en el 2011.

Durante años, las historias de abusos sexuales en el seno de las fuerzas armadas de Estados Unidos fueron verdades no confirmadas, un rosario de escándalos sepultados bajo una ley del silencio no escrita y respetada a rajatabla por la cúpula militar.

Pero con la llegada del presidente Barack Obama, la Casa Blanca ha impulsado una política de “cero tolerancia” que obliga al Pentágono a rendir cuentas sobre todos los casos de asalto o acoso sexual. Es en este contexto que se dio a conocer el reporte de ayer, que revela un aumento del 6% en los casos de “contactos sexuales no deseados” en las Fuerzas Armadas de 2011 a 2012. En promedio, se producen cerca de 70 casos de agresiones sexuales en el seno de las Fuerzas Armadas de EU al día.

Aun así, el ejército sólo tuvo registro, el año pasado, de 3 mil 374 reportes de agresión sexual, con respecto a las 3 mil 192 de 2011, lo que indica que muchas de las víctimas siguen sin denunciar por temor a represalias, o a que no se les haga justicia.

El informe salió a la luz la misma semana en que la senadora demócrata por Missouri, Claire McCaskill, una de las mujeres más cercanas al presidente Obama, bloqueó la nominación de la general Susan Helms, una de las pocas mujeres en llegar a la cúpula militar de Estados Unidos, por haber desestimado los cargos presentados contra un capitán de la fuerza aérea acusado de agresión sexual en una base militar en California.

Hace unos pocos días se confirmó que el jefe de la unidad de prevención contra el abuso sexual de la Fuerza Aérea fue detenido, acusado de propasarse con una mujer en un estacionamiento de Virginia. Actualmente, más de 30 instructores de la Fuerza Aérea son investigados por un escándalo de abusos contra sus alumnos en una base de Texas.

Los resultados del informe de ayer, basado en testimonios de fuentes que pidieron el anonimato, confirman que el problema del acoso o asalto sexual se ha convertido en un serio problema.

En rueda de prensa, durante la visita de la presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, el presidente Obama no ocultó su molestia por los resultados del informe. “No vamos a tolerar esto. Y habrá consecuencias”, advirtió, para luego añadir que es necesario “erradicar de una vez por todas el problema”. “He hablado con el secretario de Defensa, Chuck Hagel, para dejarle en claro que tenemos que mejorar en el control y mayor supervisión de este tipo de problemas”, añadió Obama.

El asalto sexual “es una barbaridad” y si quien lo realiza está dentro de las fuerzas armadas, entonces “está traicionando el uniforme que lleva puesto”, sentenció Obama.

Ayer mismo trascendió que el secretario de Defensa ha dispuesto una serie de medidas y controles para aumentar las sanciones contra aquellos oficiales que toleren este tipo de prácticas y para incrementar la supervisión y vigilancia de las instalaciones militares.