EL CAIRO (Agencias).— Barack Obama, presidente de Estados Unidos, “cree que Siria estaría mejor sin el presidente Bashar al-Assad”, aseguró ayer el portavoz de la Casa Blanca Jay Carney, poco después de que el país impusiera sanciones al mayor banco comercial sirio y a una compañía de teléfonos celulares de ese país árabe.

Mientras tanto, en Siria activistas informaron que en la ciudad de Homs las fuerzas de seguridad del gobierno mataron al menos a 15 civiles, pese a los llamados internacionales para que el presidente Al-Assad ponga fin a una violenta represión de las protestas contra su mandato. EU dijo que el mundo estaba viendo “con horror” a Siria, y el primer ministro turco, Tayyip Erdogan dijo que la nación norafricana “está apuntando contra su propio pueblo”.

De acuerdo con la televisión estatal siria, el ejército se retiró de la ciudad de Hama, en el centro del país, tras una campaña de 10 días en el simbólico foco de las protestas donde se reportaron decenas de muertos. Organizaciones de derechos humanos dicen que al menos mil 700 civiles han muerto desde que estalló la revuelta contra Al-Assad, en marzo.

La embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas (ONU), Susan Rice, apeló a que el Consejo de Seguridad aumente la presión sobre Al-Assad, porque ya ha pasado una semana desde que el organismo internacional condenó el conflicto en Siria y el mandatario no ha frenado su ofensiva.

Tras una reunión a puertas cerradas, el embajador adjunto del Reino Unido, Philip Parham, indicó que el Consejo está considerando “pasos de alcance mayor”, sin precisar cuáles, en caso de que Al-Assad mantenga su posición desafiante.

Pero el canciller sirio, Walid al Mualem, advirtió que cualquier decisión de la comunidad internacional que busque “presionar las decisiones políticas independientes” será rechazada.