DHARAMSALA, India (Agencias).— El Dalai Lama anunció ayer que planea renunciar como líder político del Tíbet, una medida que podría transformar al gobierno en el exilio en una organización más enérgica y democrática frente a la presión china.

Al delegar sus poderes, el Dalai Lama, de 76 años, daría un mayor poder al primer ministro del Tíbet, una región que busca la autonomía de China.

Los tibetanos votarán por un nuevo primer ministro este mes, en unas elecciones que se prevé que darán paso a una generación de líderes jóvenes y seculares y fortalecerán la posición mundial del movimiento.

“Ya desde la década de 1960, he enfatizado repetidamente que los tibetanos necesitan un líder, electo libremente por el pueblo tibetano, a quien pueda transferir el poder”, dijo el Dalai Lama en un discurso anual para conmemorar los 52 años desde que huyó del Tíbet.

En su discurso del jueves expuso un plan formal con los plazos de esa transición, que propondrá reformas a la constitución “para reflejar mi voluntad de devolver mi autoridad formal al líder electo”.

“Ahora, claramente hemos alcanzado el momento de que esto entre en vigor”, agregó ante unos 2 mil monjes y tibetanos.

El Dalai Lama, cuyo anuncio era ampliamente esperado y seguirá siendo el líder espiritual del Tíbet, huyó de la región en 1959 luego de un fallido levantamiento contra el control chino del territorio.

Actualmente vive en el exilio en Dharamsala, India, y defiende una “autonomía significativa” para el Tíbet en China.

El primer ministro del gobierno tibetano en el exilio, Samdhong Rinpoche, dijo a periodistas ayer que no estaba claro si el Parlamento aceptará la renuncia del Dalai Lama y advirtió sobre una posible parálisis constitucional. “Pese al pedido de Su Santidad, el pueblo y el gobierno no se sienten competentes para dirigirnos” solos, dijo.

China reaccionó al anuncio calificándolo de “truco político para engañar a la comunidad internacional”. La portavoz del ministerio chino de Asuntos Exteriores, Jiang Yu, tachó al gobierno tibetano de “organización ilegal que no cuenta con el reconocimiento de nadie”.

Los analistas creen que, al despojarse el Dalai Lama de sus poderes políticos, será más difícil para China influir en el curso del movimiento independentista luego de su muerte.