CARACAS.— Sólo la cara de las figuras más conspicuas del chavismo, desde los afiches, como los de Jorge Rodríguez o el ascendente Aristóbulo Isturiz, o las pancartas convocando a votar a la oposición, recuerdan que en poco más de 36 horas aquí se vivirá una jornada electoral.

A diferencia de otras elecciones, referéndum revocatorio o consultivo, la angustia y la tensión tienen motivos muchos más climatológicos que políticos. El temor a una nueva lluvia, que ya se cobró 10 vidas en la víspera, es mayor que el que infunde Hugo Chávez con su estrategia para captar votos.

El populoso municipio de Baruta entró en estado de emergencia y el Prado Este, una típica zona de la clase media en los alrededores de Caracas, sufrió el deslave de un cerro, el corte de tránsito en la carretera y el caos de transito que afectó ayer a más de media capital.

“Con que ánimo vamos a ir a votar si lo que tengo que cuidar es mi casa y que a mis hijos no les pase nada”, asegura Cledis Martínez, una vendedora de golosinas en una esquina cerca al Eurobuilding de Las Mercedes, donde las huellas de una incipiente inundación se vislumbran en las aceras, con todo y árboles destruidos. Mientras, las autoridades de Defensa Civil alertaban a la población ante la posibilidad de nuevos deslaves.

El presidente Chávez llamó “a mantener la calma”, ante el pronóstico de que nuevas lluvias caerán sobre buena parte del país de aquí al lunes, mientras que el Consejo Nacional Electoral (CNE) aseguró ayer, por distintas vías, que “las elecciones no se suspenden”. El inconsciente colectivo de caraqueños y habitantes de La Guayra y alrededores todavía almacena el horror de la inundación del 99, de ahí que primero piensen en la lluvia que en unos comicios marcados no sólo por la necesidad de Chávez de rehacerse tras la derrota de diciembre último, sino por la cantidad de disidentes del chavismo que pueden darle mayor aumento a la lente con la que vayan a observarse los resultados.

El congresista Ismael García, de Podemos, y el ex vicecanciller y ex embajador en México, Vladimir Villegas, de Patria Para Todos (PPT), hoy militan fuera de las filas del oficialismo. Sin embargo, Isturiz, ex ministro de Educación y también del PPT, es candidato a la alcaldía mayor de Caracas y aparece como una de las figuras más respetadas, incluso por sectores de oposición. De ahí las reiteradas referencias de Chávez a la necesidad de “que no haya traidores”.

Con “traidores y leales”, Chávez espera difundir su victoria si sólo pierde en tres estados: los dos que ya gobierna actualmente la oposición (Zulia y Nueva Esparta) y alguno de los otros cinco donde las encuestadoras le dan posibilidades de triunfo.

La socióloga Maryclen Stelling opina que “el discurso amenazante de Chávez busca restarle votos a los disidentes y opositores para poder mostrar un triunfo el domingo a la noche, aún cuando salga debilitado”.

Pero hasta anoche, salvo la publicidad electoral y el inicio de la ley seca (hasta el lunes), el clima electoral parecía reposar bajo el agua. La máxima preocupación de millones de venezolanos pasaba por esperar que no vuelva a llover, según la misma Cledis “aún cuando tuviésemos que escuchar un “¡Aló presidente! de Chávez por dos días seguidos”.