PHOENIX, Arizona.— A decir de un importante asesor de la fallida campaña del senador John McCain, suficientemente malo fue que la gobernadora Sarah Palin, de Alaska, programara inconscientemente, y luego tomara, la llamada de un comediante canadiense fingiendo ser el presidente de Francia. Pero lo peor de todo, subrayó el asesor, fue que Palin no informara a McCain sobre su estilo diplomático rudo.

Un asesor de la campaña de Palin dice que esa acusación es absurda. La llamada fue programada con tres días de anticipación y Palin no tiene la culpa si el equipo de McCain fue tan despistado que no se enteró.

Cualquiera que sea la verdad, una cosa es segura. Palin, quien entre risas dijo al comediante que podría ser presidenta “quizá en ocho años” fue el catalizador de una guerra civil entre su campaña y la de McCain que se prolongó desde mediados de septiembre hasta poco antes de que McCain reconociera su derrota, el martes pasado. Para entonces, los contactos entre Palin y McCain se habían vuelto más bien esporádicos, dijeron importantes asesores.

“Creo que era una relación difícil”, dijo un importante funcionario de la campaña de McCain, que, como casi todos los demás entrevistados, pidió permanecer en el anonimato. “McCain le hablaba ocasionalmente”.

Las tensiones son un prisma de la fallida fórmula McCain-Palin, un indicio de los crecientes problemas de una campaña que, coinciden incluso muchos republicanos, fue incoherente, negativa y mal manejada. Palin se ha negado a referirse a las supuestas divisiones en la campaña. Como compañera de fórmula con un futuro político potencialmente brillante, Palin tiene más en juego que McCain, cuyos asesores están interesados en culpar a factores externos por el fracaso, lo que convierte a la gobernadora en un blanco tentador.

Las disputas entre los equipos de Palin y McCain se centraron en los 150 mil dólares gastados en guardarropa para ella y su familia, pero también en lo que asesores del senador describieron como falta de preparación de Palin para la desastrosa entrevista que concedió a Katie Couric, de CBS News y la renuencia de la gobernadora para recibir consejo de la gente de McCain. Más allá de eso, el equipo del senador se enfureció cuando Palin dejó entrever sus ambiciones políticas después de 2008.

Un asesor de McCain dice que la misma noche del martes, Palin estaba empeñada en hablar antes de que McCain reconociera su derrota. Asesores de McCain también han sugerido que la gente de Palin filtró a los medios información dañina sobre la campaña del republicano.