Nuevo dolor de cabeza para Toledo tras juerga
Lima (DPA). Una presunta juerga con mujeres y alcohol hecha en 1998 por el entonces precandidato presidencial Alejandro Toledo reapareció ayer como dolor de cabeza para el ahora jefe de Estado del Perú, al hallarse recibos que demuestran supuestamente el hecho y desmienten la versión de un "secuestro". Un programa de televisión entrevistó a una mujer que presentó los recibos que indican que Toledo gastó 14 mil 500 soles (unos 4 mil 400 dólares) en una farmacia a la que pidió entregas a domicilio de alcohol y otras cosas que necesitaba para su "fiesta". Aunque sobre el hecho hay rumores desde años atrás, la versión trae elementos adicionales, porque, más allá de que los vouchers supuestamente confirman que el mandatario mintió al hablar de un secuestro, la nueva testigo, Juana Sánchez, denunció amenazas en su contra por parte de presuntos personajes interesados en silenciarla. La información del programa La Ventana Indiscreta se dio en momentos en que se agudiza la crisis de impopularidad del mandatario y en que crecen las voces que piden su destitución por "incapacidad moral". En 2000, cuando se enfrentaba al presidente Alberto Fujimori en un controvertido proceso electoral, Toledo denunció que dos años atrás había sido secuestrado por presuntos elementos de Inteligencia, drogado y obligado a hacer acciones que fueron grabadas en video para menoscabar su imagen. La denuncia de Toledo, avalada por su esposa, Eliane Karp, se produjo cuando intensos rumores daban cuenta de la inminente aparición de un video que lo mostraba consumiendo alcohol y cocaína y sosteniendo relaciones sexuales con cinco mujeres. Tal video no ha aparecido, aunque versiones periodísticas insisten en que sí existe. Según Sánchez, quien por primera vez dio la cara en La Ventana Indiscreta, esa noche de octubre la farmacia limeña Deza, de la que ella era entonces administradora, recibió un pedido para llevar bebidas, regalos y otros elementos a un hotel de reputación dudosa, solicitud que se recibió horas después. El mensajero que atendió el pedido y que hasta ahora se niega a dar testimonio sobre lo ocurrido le contó entonces a Sánchez, según ella, que el hoy presidente lo atendió desnudo, primero en el hotel Queen y después en el Melody, donde estaba acompañado por tres mujeres igualmente sin ropa. Karp se enteró de los pagos y fue a la farmacia a aclararlos. "Le tuve que decir que (Toledo) se encontraba en el hotel Melody libando licor en compañía de tres féminas sin ropa íntima y que él mostraba plena disposición a pagar los consumos", indicó Sánchez. Quienes creen en la fiesta , presumen que el presidente inventó el secuestro por temor a que apareciera el video. En ese marco, el hallazgo de los vouchers probaría que la juerga existió, que Toledo hizo los gastos de forma voluntaria y que después le mintió al país con la historia del secuestro, que en su momento llenó muchas páginas de diarios. En medio de la ola de denuncias contra Toledo y sus allegados, y la respuesta del oficialismo respecto a la supuesta existencia de una "fábrica de testigos" construida por la "mafia fujimontesinista" para hacer caer al gobierno, lo ocurrido en aquella noche de 1998 sigue siendo un factor que no deja en paz al mandatario.





