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El paraíso que se convirtió en pesadilla

J. Jaime Hernández/Enviado| El Universal
Miércoles 05 de enero de 2005

Phi Phi, Tailandia. "Cuando recibas esta postal morirás de envidia. Esto es un sueño maravilloso. Me quedaría aquí para siempre...". La tarjeta está firmada por Ettiene, probablemente una turista francesa. Sobre el margen derecho aparece un corazón dibujado. Un detalle algo cursi que, sin embargo, parece cruel presagio cuando uno lo descubre entre los escombros de lo que era el lujoso complejo turístico del Paradise Resort.

Hoy, sobre este escenario de caos y destrucción que la naturaleza ha dejado a su paso, los recuerdos se agolpan como una pesadilla recurrente. Los testimonios de los pocos supervivientes sólo sirven para recrear lo ocurrido aquella mañana del domingo 26 de diciembre, cuando los pescadores ya habían partido en sus barcas y los bañistas abandonaban sus búngalos en la primera línea de playa.

Entre ellos, el matrimonio de turistas mexicanos formado por Jacobo Hassan y Karen Michan. Hacía poco menos de una semana que habían llegado a esta orilla del oeste de Tailandia para seguir disfrutando de su luna de miel.

Pero el infortunio los alcanzó cuando un maremoto los golpeó desde las costas de Sumatra. Según la reconstrucción de los hechos que han realizado algunos testigos y funcionarios mexicanos, la mañana del 26 de diciembre, cuando la pareja se disponía a salir de su búngalo, a Jacobo se le olvidó la cartera.

Mientras Karen le esperaba junto a la puerta, Jacobo rebuscaba entre su ropa. Fue entonces cuando alcanzó a escuchar los gritos de la gente.

Cuando se asomó por la ventana, Jacobo se dio cuenta de que ya era demasiado tarde. En cuestión de segundos, dos enormes olas de más de 10 metros golpeaban a la isla por ambos costados a una velocidad de más de 500 kilómetros por hora.

Jacobo sólo alcanzó empujar a Karen para tratar de salvarla. Pero, en ese momento, tropezó y cayó. Cuando se quiso levantar para alcanzar a Karen, la ola lo arrastró y se lo llevó consigo.

Desde entonces, Karen no ha vuelto a saber nada de él. Desde entonces, su familia mantiene la esperanza en las labores de rescate que todos los días encuentran nuevos cadáveres.

"Los que sobrevivimos aún seguimos creyendo que fue un milagro. Un amigo que estaba junto a mí desapareció en cuestión de segundos. Todavía no entiendo por qué a unos se los llevó el mar y por qué a otros nos permitió seguir con vida", asegura Tony Bryant, un joven empresario que se ganaba la vida con un gimnasio que ha sido borrado de la faz de la tierra.

Phi Phi es un paraíso donde se pierde la pista de miles de turistas que habían llegado para celebrar la llegada del Año Nuevo. Un destino donde se pierde la pista de Jacobo Hassan.



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