Francfort (Agencias). El Vaticano presentó ayer el libro más reciente del papa Juan Pablo II en la principal feria literaria del mundo, en busca de la distribución internacional de las reflexiones que hace el pontífice en 200 páginas, sobre el bien y el mal en la historia reciente.

Memoria e Identidad: Conversaciones entre milenios , una transcripción de conversaciones filosóficas con dos amigos cercanos, será publicado en Italia en 2005, pero no se han hallado editoriales en otros países.

"Eso es lo que esperamos hacer, hallar editoriales , dijo el portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Valls, en la Feria del Libro de Francfort que fue abierta al público el miércoles.

El libro del Papa, que nació en Polonia, es esencialmente una transcripción de las conversaciones que tuvo con dos amigos cercanos en 1993 en su residencia veraniega cerca de Roma: Krzysztof Michalski, un filósofo político del Instituto de Ciencias Humanas de Viena, y el sacerdote Jozef Tishner, ya fallecido.

El libro desarrollado en preguntas y respuestas echa una mirada sobre Europa durante los últimos 100 años, en un intento por identificar "las raíces del mal de fenómenos tales como el ascenso del comunismo, fascismo y nazismo, y aborda problemas graves tales como la relación entre la Iglesia y el Estado, dijo Navarro Valls en una conferencia de prensa.

En citas textuales del libro difundidas en la feria, el pontífice de 84 años hace referencia a los antiguos filósofos y teólogos para responder preguntas sobre el bien y el mal. "El Papa menciona allí al diablo (personificado por el comunismo y el nacionalsocialismo), pero también constata los frutos positivos que tuvo la evolución" europea en ese lapso, dijo Navarro Valls.

El primer libro del Papa fue el cuasi autobiográfico Cruzando el umbral de la esperanza , que fue publicado hace una década, del que vendió unos 20 millones de ejemplares, convirtiéndose en un libro de gran venta. En mayo fue publicado su libro Levantaos! Vamos! , una reflexión de sus años como obispo en Polonia.

"La dimensión real del mal que se difundía por Europa no fue percibida por todos, ni siquiera por aquellos de nosotros que vivíamos en el centro del torbellino. Vivíamos hundidos en una gran erupción del mal", dijo.

"Por un largo periodo, Occidente no quiso creer en el exterminio de los judíos. Ni siquiera en Polonia se sabía lo que los nazis habían hecho y hacían a los polacos, ni lo que los soviéticos hicieron a los oficiales polacos del Katyn", agregó.