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`México dio a EU una lección de ética política`

José Carreño/Corresponsal| El Universal
Lunes 29 de marzo de 2004
Farah Diva-Pahlavi, ex emperatriz de Irán publica sus memorias

Washington.- Una intervención del presidente Fidel Castro, de Cuba pudo ser la explicación para la "inesperada" decisión mexicana que en noviembre de 1979 negó el retorno del depuesto sha de Irán a México, según las memorias de Farah Diva-Pahlavi.

"El súbito cambio de opinión del presidente José López Portillo fue incomprensible. Si el gobierno mexicano temía por sus embajadas en los países árabes, como se dijo entonces, ¿por qué habían renovado su invitación después de que los rehenes (estadounidenses en Teherán) fueron tomados el 4 de noviembre?", escribió la ex emperatriz en su recién publicada autobiografía.

Farah Pahlavi apuntó que "después se me dio una explicación diferente: parece que Fidel Castro hizo saber al presidente López Portillo que Cuba votaría por la entrada de su país al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a condición de que rehusara darnos refugio".

En su libro An Enduring Love (Un amor duradero), la ex emperatriz de Irán expresa resentimiento respecto especialmente de Estados Unidos y sobre todo del trato que el gobierno de Jimmy Carter dio a su esposo, el sha Reza Pahlavi, cuando fue destronado.

De acuerdo con las memorias, México ofreció hospitalidad al derrocado sha a instancias de Henry Kissinger.

"El Rey como se refiere a Reza Pahlavi había conocido a José López Portillo cuando era ministro de Finanzas (secretario de Hacienda) y sin duda esos antiguos vínculos contaron por algo. Pero también teníamos la sensación de que en esta ocasión México no se sentía descontento de dar a Estados Unidos una lección en ética política".

A fines de octubre de 1979 la familia Pahlavi regresó a Estados Unidos con un permiso especial para que el ex gobernante fuera tratado de complicaciones de un padecimiento canceroso porque médicos estadounidenses no confiaban en las instalaciones médicas mexicanas.

El permiso de entrada fue otorgado a pesar de las reservas del presidente Carter, quien, de acuerdo con un relato de Pierre Salinger citado por la ex emperatriz, respondió a los consejos a favor del ex sha con preocupación de "¿qué aconsejarán cuando ocupen nuestra embajada y tomen como rehenes a nuestra gente?".

El temor de Carter se hizo real el 4 de noviembre, cuando cientos de estudiantes islámicos se apoderaron de la embajada de Estados Unidos en Teherán y tomaron a más de 200 diplomáticos estadounidenses con rehenes por más de un año.

Entre sus recuerdos de México, Farah Diva relata que el temor a un atentado por un "comando" presuntamente enviado por Sadegh Khalkhali, uno de los ayatolas que asumieron el poder a la caída del sha, estuvo a punto de costar la vida a su hijo Reza.

Una de las posibilidades de atentado previstas por la seguridad del sha había sido un asalto de comandos por aire contra la casa donde se alojaban en Cuernavaca, y cuando un helicóptero se acercó a la mansión los elementos de seguridad comenzaron a disparar contra él sin darse cuenta de que lo pilotaba el príncipe.

Farah Diva señaló que la desconfianza de médicos estadounidenses por las instalaciones médicas en México llevaron a que el exiliado ex gobernante de Irán fuera llevado a Nueva York para ser tratado de un padecimiento renal, incluso contra la opinión de su médico personal. Agregó que la operación, denominada lithiasis, fue practicada bajo las mejores condiciones clínicas disponibles, pero el cirujano dejó "un cálculo obstructivo" en el ducto común de la bilis.

De hecho, la ex emperatriz describe una escena después de la operación en la que el ex emperador sentía dolores y se decidió practicar una endoscopía, pero "el joven médico al que se le pidió protestó alegando que iba a la ópera esa noche".

Diva-Pahlavi realiza actualmente una gira de promoción de su libro por Estados Unidos.



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