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Gilberto Borja, un hombre visionario en la construcción

Noé Cruz Serrano| El Universal
Lunes 12 de diciembre de 2011
Gilberto Borja, un hombre visionario en la construccin

HOMENAJE. Jorge Borja Navarrete rindió un homenaje a su padre, Gilberto Borja Navarrete, con la presentación del libro que lleva su nombre como título. . (Foto: CORTESÍA )

Una parte del desarrollo de México no se concibe sin él, dijo su hijo Jorge

noe.cruz@eluniversal.com.mx

Una buena parte del desarrollo de la infraestructura del México moderno ha tenido el sello de grandes ingenieros mexicanos, pero el empuje e iniciativa de uno de ellos, Gilberto Borja Navarrete, ha sido marcadamente definitiva.

“Puentes gigantescos, presas enormes, carreteras extensas, plantas eléctricas y nucleoeléctricas, sistemas de transporte, estadios y centros deportivos, herramientas y equipos”, obras modernas en las que participó y cambiaron el rostro de prácticamente todo el territorio nacional y que permitieron consolidar a la ingeniería mexicana en un referente internacional.

En esos términos describe Jorge Borja Navarrete a su padre en el libro Gilberto Borja Navarrete, en donde rinde homenaje a quien considera uno de los ingenieros más visionarios no solamente de México sino del mundo.

“Son innumerables los proyectos constructivos que lideró y materializó, antes y después de tomar la estafeta de Bernardo Quintana en la presidencia de Ingenieros Civiles Asociados (ICA)”, cita.

Gilberto Borja demostró que casi cualquier obra podría ser hecha en México y por mexicanos, desterrando la idea de que únicamente las grandes empresas extranjeras podían hacerse cargo de la construcción de la infraestructura que demandaba el país.

Fue también un líder empresarial nato y un hombre interesado legítimamente en la política, pero se daba tiempo de asistir a los partidos de futbol soccer de los Pumas de la UNAM. Era otra de sus pasiones que no podía dejar.

Tenía como filosofía la franqueza, el orgullo y la firme creencia de que nadie progresa solo ni aislado de los demás. Ya retirado de ICA, por su experiencia y capacidad emprendedora, aceptó ser consejero de presidentes y secretarios de Estado sin remuneración alguna, sin ataduras de compromisos políticos dudosos ni prebendas vergonzantes.

En varias ocasiones convocó a la clase política mexicana a mantener un compromiso solidario que permitiera potenciar los avances que sabía posibles para el país y para la superación de crisis económicas recurrentes.

También a invitación expresa, logró sanear la estructura, operación y presupuestos de la banca de desarrollo, tras su paso como director de Nacional Financiera (Nafin).

El cuarto de un grupo de nueve hermanos, Gilberto Borja nació el 1 de septiembre en 1929 y en su familia estableció una manera definitiva de ver y de hacer la vida.

La pasión por la ingeniería del “Güero” Borja, compartida por sus hermanos Raúl y Jorge, surgió de las visitas y recorridos por las construcciones y desarrollos que su padre, Ángel Borja Osorno. Ingreso en la Escuela Nacional de Ingeniería en 1947, pero no espero terminar la carrera para trabajar en su materia, pues realizaba prácticas topografía y trabajaba en el Departamento del Distrito Federal y en 1951 fue elegido presidente de la Sociedad de Alumnos de esa escuela.

Uno de los proyectos arquitectónicos y constructivos más espectaculares con que cuenta México es Ciudad Universitaria. A Gilberto Borja le tocó participar en la edificación del Estadío Olimpico Universitario. El 15 de noviembre de 1952, saltaron a la cancha dos escuadras para inaugurarlo —de manera no oficial—: contratistas y supervisores de la obra. El ingeniero Borja alineó en el equipo de supervisores.

Luego de concluir sus estudios, ingresó a ICA en 1954, de forma sencilla, pues primero asumió el cargo de auxiliar de ingeniero, después jefe de frente, luego jefe de obra y en 1958 se convirtió en superintendente. Más tarde, en 1964, encabezó el sector metal-mecánico de la empresa constructora.

Las obras del metro le fueron encomendadas a su hermano Ángel Borja, que articuló a las siete empresas de ICA, entre las que figuraba la rama metal-mecánica a cargo de Gilberto Borja. En 1969 se aperturó la primera línea del Sistema de Transporte Colectivo.

Gilberto Borja fue acumulando una serie de obras de infraestrctura en las que participo, entre ellas la presa El Infiernillo, el Sistema del Drenaje Profundo, la planta nucleoeléctrica Laguna Verde, entre otras. Murió el 23 de abril de 2007.

 



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