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Cada año miles de personas en el país sufren los embates de los ciclones y huracanes que afectan a territorio mexicano. Muchos habitantes requieren ayuda médica inmediata o simplemente retomar el ritmo de su vida cotidiana; para ello es necesario tener electricidad.

Luego de la experiencia del huracán Wilma en octubre de 2005, que costó tres vidas, un millón de damnificados y graves daños en el suministro de energía eléctrica, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) cada año realiza una serie de preparativos para afrontar los efectos de los huracanes en zonas de alta concentración de población.

En uno de los planes mejor detallados que tiene el gobierno federal mexicano participan centenares de trabajadores de la paraestatal. Muchos acuden voluntariamente y otros por asignación, pero todos comparten una idea: cazar un huracán.

La temporada de huracanes inició oficialmente la primera semana de este mes y deberá concluir el próximo 30 de noviembre, si es que el cambio climático no dice otra cosa.

Para la temporada 2011 se pronosticaron 14 ciclones en el océano Pacífico, de los que seis estarían en la categoría de tormenta tropical, cinco serían huracanes moderados (categorías 1 y 2 de la escala Saffir-Simpson) y tres más serían huracanes intensos (de las categorías 3 a 5).

Por el lado del océano Atlántico se pronostican 16 ciclones, de los que siete serían tormentas tropicales, cuatro huracanes moderados y cinco ciclones con clasificación de intensos.

“Es aquí donde inicia el plan en su fase dos, cuando se detecta la originación de una tormenta tropical. La fase uno son preparativos que incluyen el acopio de materiales, el diseño de la logística de emplazamiento de personal y equipo, así como varias juntas para coordinarse con otras instancias de gobierno como las secretarías de Comunicaciones y Transportes, Gobernación, Desarrollo Social, Hacienda, entre muchas otras”, explicaron fuentes de la CFE.

Recuperar el servicio, el objetivo

Este es el tercer año consecutivo que se diseña el Plan de Atención de Huracanes, en el que se establecen los protocolos y la planeación de los operativos que el personal de la CFE realizará de forma previa, durante y posterior al paso de un fenómeno meteorológico en zonas densamente pobladas.

El objetivo primordial es restablecer el flujo eléctrico en el menor tiempo.

La etapa uno se llevó a cabo en los primero meses del año por lo que ya se realizaron la identificación de las instalaciones eléctricas que pueden verse afectadas (centrales de generación, torres de transmisión, líneas de alta, media y baja tensión, subestaciones, postes, etcétera), ya se hizo la concentración de materiales y equipos en almacenes, se cuenta con plantas portátiles de emergencia y subestaciones móviles, se dispone de vehículos terrestres, grúas y anfibios, de equipos móviles de comunicación satelital, ya se designó al personal que atenderá la emergencia en sus diferentes etapas, y ya está en marcha la coordinación con las autoridades de Protección Civil y demás instituciones involucradas en la contingencia.

Cuando el huracán ya se formó, desde una central hay equipos que siguen la evolución y quienes buscan determinar las posibles áreas de impacto.

Una vez definido los potenciales sitios donde impactaría el meteoro, iniciará el traslado del personal de avanzada, donde a su vez otro equipo diseñará escenarios de posibles daños y con ellos se hará una definición de acciones para el restablecimiento del suministro eléctrico como envío plantas de emergencia y subestaciones móviles.

Una vez que pasó el huracán, se hace una evaluación de los daños a la infraestructura eléctrica, el personal de CFE establece el lugar de los campamentos de trabajo desde donde inicia la labor de reparar las instalaciones sin daños, también las que sí lo tuvieron.

También instalan plantas de emergencia y subestaciones móviles para abastecer electricidad a los servicios básicos y de emergencia (clínicas y hospitales, sistemas de agua potable, sistemas de bombeo de agua, albergues, centros de acopio de alimentos), retiran infraestructura que obstruya la vía pública y suponga un riesgo para la población, entre otras labores.