Auge del comercio uno a uno
ramiro.lucero@eluniversal.com.mx
La Asociación Mexicana de Ventas Directas (AMVD) informó que en México aproximadamente un millón 650 mil personas se desempeñan en el ramo, entre 40 y 50% comercializan productos de dos o más empresas y un 90% son mujeres de niveles socieconómicos medio bajo y bajo.
Cecilia Carranza, gerente de AMVD, aseguró que la venta directa constituye un canal dinámico de distribución, cuyo desarrollo contribuye al fortalecimiento de las economías de los diferentes países en los que se desarrolla.
“Las personas ven en este sistema una salida posible a sus problemas económicos, ya que la venta directa brinda oportunidades de negocios accesibles a quienes buscan fuentes alternas de ingreso y cuyo desarrollo y éxito no está restringido al género, edad, educación o experiencia previa”, dijo la directiva.
Quién las vende y quién las compra
A la fecha, las personas que se dedican a esta actividad cuentan con edades entre 18 y 55 años, aunque prevalece quienes tienen entre 35 y 49 años de edad y un 25% de los distribuidores adquieren productos incluso para su propio consumo o el de su familia. Carranza comenta que ante los despidos masivos la gente busca ser su propio empleador y dueño de su propio negocio, trabajar según sus posibilidades, capacidades y tiempo sin tener que depender de ningún patrón o jefe.
El creciente número de personas que se encuentran víctimas del desempleo pueden encontrar en la venta directa ganancias al operar su propio negocio con poca o ninguna inversión, dijo la directiva.
El costo para comenzar un negocio independiente de venta directa es normalmente muy bajo.
En muchos casos no se requiere de inversión alguna y en algunos otros solo consta de un paquete de ventas de precio muy accesible; asimismo, se requiere muy poco o nada de inventario u otros compromisos en efectivo para iniciar.
Ante la disminución del poder adquisitivo, los consumidores buscan opciones de compra a precios más accesibles y es aquí donde la venta directa resulta una alternativa, viable ya que el canal permite ofrecer productos de alta calidad a menor precio, eliminando altos costos de publicidad, promoción e intermediación que la venta tradicional requiere, dice la directiva.
¿Y las ganancias?
Los sistemas de ganancias se pueden englobar en tres categorías.
Uno, el contrato de comisión mercantil que consiste en la ganancia de una persona que actúa bajo un contrato de comisión o de mediación mercantil; la facturación se hace de la empresa al consumidor por el precio total y el intermediario, que es el mediador, recibe una comisión establecida por la empresa; jurídicamente, el sistema es tratado como una comisión mercantil.
El sistema de descuento en el precio consiste en un contrato de compra-venta que otorga un descuento sobre el precio marcado.
La persona obtiene una ganancia como “utilidad” al realizar la venta con el consumidor. Esto implica que la facturación la haga la empresa comercializadora al vendedor, y el vendedor a su vez, realiza una segunda operación de compra-venta con el consumidor final. El sistema multinivel o comercialización por redes consiste en la comercialización por estructuras.





