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La Controladora Comercial Mexicana informó ayer que se sujetó a un proceso de concurso mercantil para tratar de alcanzar un acuerdo con sus acreedores. La controladora tuvo que recurrir a una instancia legal para reestructurar su deuda, que asciende aproximadamente a 2 mil millones de dólares.

En el comunicado emitido por la controladora a la Bolsa Mexicana de Valores, explicó que el objetivo de esta medida es contar con el tiempo necesario para llevar a cabo una negociación ordenada con todos sus acreedores y lograr una reestructuración de sus pasivos en el menor tiempo posible, los cuales se han incrementado debido a la apreciación del dólar frente al peso.

Ayer, la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) informó que suspendió la cotización de las acciones de Comercial Mexicana, en espera de información relevante. El miércoles, las acciones de la empresa cerraron con una pérdida de 43.5%.

El concurso mercantil, es una burbuja que protege a la empresa para darle un espacio para llegar a un arreglo satisfactorio respecto a sus pasivos”, subrayó Francisco Martínez de la Vega, director de Administración y Finanzas de Controladora Comercial Mexicana.

La empresa enfatizó que confía plenamente en que este proceso permitirá preservar de forma óptima el valor de la compañía, su operación y los empleos.

Aclaró que el concurso mercantil se solicitó únicamente para la Controladora y no incluye a sus subsidiarias tiendas Comercial Mexicana, restaurantes California, ni a las empresas inmobiliarias, ni a su filial Costco de México, las cuales continuarán operando normalmente.

En tanto se concluye la reestructuración de su deuda, Controladora Comercial Mexicana utilizará su flujo de efectivo para cubrir gastos de operación y pagar proveedores. Informó que con las pérdidas sufridas por la devaluación del peso, los pasivos totales de la compañía ascienden aproximadamente a 2 mil millones de dólares, detalló el directivo.

Los analistas del medio financiero aclararon que la resolución emitida por Comerci no quiere decir que esté en “quiebra técnica”, más bien es una forma de hacer frente a sus compromisos con sus acreedores. El tiempo máximo para resolver el caso podría ser hasta 12 meses.