Desde temprana edad, el gusto por la microbiología y las sustancias químicas, así como un suceso casi trágico ocurrido a un ser querido motivó a Carlos Pérez Moreno a fundar en 1948 un laboratorio médico bajo las escaleras de una clínica en las calles del Chopo.

Este pequeño laboratorio que creó su fama alrededor de unas pequeñas carpetas que entregaba a sus pacientes con información completa de sus análisis, más tarde se convertiría en uno de los más grandes y reconocidos del país, con una facturación anual superior a 470 millones de pesos, unos 45 millones de dólares.

A los 20 años de edad, una vez egresado de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional, la ansiedad por convertir en realidad su anhelo infantil y su vocación visionaria, impulsó a Pérez Moreno a estar cerca de clínicas y sanatorios.

No obstante, lo que lo empujó a crear su primera empresa, el Laboratorio Médico Chopo hoy a 57 años de su creación, Centro de Apoyo al Diagnóstico Médico, fue el hecho de que su novia enfermara gravemente de tifoidea, lo que provocó que estuviera en cama por más de un mes ante la falta de antibióticos y de un diagnóstico certero.

De 84 años de edad, narra que con escasos recursos y rudimentario equipo instaló su primer laboratorio debajo de unas escaleras de una clínica propiedad del doctor Roberto García Urriola, que estaba ubicada en las calles del Chopo de donde tomó el nombre en la ciudad de México.

"Tras la enfermedad de mi novia, que al salir del hospital pesaba sólo 35 kilos, me di cuenta que en ese lugar había mucho que hacer, y era urgente instalar un laboratorio y le propuse al doctor García Urriola instalar una unidad debajo de las escaleras, ya tenía hasta los planos y no pudo negarse", señala.

Laboratorios Chopo se ha convertido en una cadena que cuenta con 80 unidades en diferentes entidades de la República Mexicana, realiza 1.7 millones de pruebas y atiende a 90 mil pacientes mensualmente, constituyéndose en el líder en su ramo.

Otras empresas

No obstante, para Pérez Moreno su espíritu empresarial lo llevó a iniciar otras empresas en ramos como el agropecuario, la aviación y el industrial, que hoy forman parte del Consorcio Diagnóstico Proa, que agrupa a cinco empresas que dan empleo a más de mil 200 personas.

Pérez Moreno recuerda que para poder expandirse recibió un préstamo de 2 millones de pesos, con lo cual capitalizó sus proyectos y reconoce que entre sus principales obstáculos está la competencia desleal.