HealthCare Investors of America (HCIA), una compañía controlada por la familia Molina, se asoció con la estadounidense 21st Century Technologies para adquirir de manera conjunta el Radisson Hotel Acapulco.

No se especificó el monto de la operación, pero el anuncio constituye el retorno formal de Enrique Molina Sobrino a los negocios en México luego de que vendiera el control de Pepsi-Gemex, el principal embotellador de bebidas de la marca Pepsi en México, a Pepsi Bottling Group en 2002.

En un escueto comunicado se explicó que HCIA es dirigida por Enrique Fernando Molina, hijo de Enrique Molina Sobrino, y que está enfocada a realizar inversiones en el sector inmobiliario de América del Norte. También se anunció una inversión de 10 millones de dólares por parte de 21st Century Technologies en HCIA, aunque no se informó el capital que adquirió de la empresa de la familia Molina a través de esta inyección de capital.

HCIA además opera otros inmuebles turísticos en México, que incluyen el Ritz-Carlton Cancún mediante un acuerdo de licencia firmado con Marriot International.

El informe divulgado ayer también destaca la participación que mantuvo la familia Molina en Pepsi-Gemex, el más importante embotellador independiente de Pepsi fuera de Estados Unidos con ventas anuales por mil millones de dólares, el ingreso a la Bolsa de Valores de Nueva York de las acciones de esta compañía en 1993, el incremento en la participación de mercado de Pepsi-Gemex mediante adquisiciones en el territorio nacional y finalmente la venta de esta empresa en una operación valuada en mil 200 millones de dólares.

Molina Sobrino, originario de Yucatán, un empresario ligado estrechamente al PRI, emprendió su ascendente carrera en el mundo de las bebidas a los 22 años. Su activa participación en la privatización de los ingenios azucareros le permitió controlar en la década de los 90 una cuarta parte de la producción nacional de azúcar a través de Consorcio Industrial Escorpión. En 2001 el gobierno decidió expropiar más de la mitad de los ingenios propiedad de Molina. Por diversas acusaciones de evasión fiscal, el empresario abandonó el país.