Salario mínimo es bajo y con altos impuestos, dice OCDE
mario.verdusco@eluniversal.com.mx
El salario mínimo de los trabajadores mexicanos, además de ser uno de los más bajos, tiene una carga fiscal más elevada que la de los empleados con ingresos medios, reveló un reporte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
De acuerdo con un estudio del organismo, el valor del salario mínimo es en proporción 40% de los ingresos del promedio de la población, uno de los más bajos junto a países como la República Checa, Estados Unidos, Estonia y Japón.
En México existen dos áreas geográficas, cada una con un salario mínimo distinto. En la denominada zona A, la mínima remuneración es de 70.10 pesos diarios, el equivalente a 2 mil 100 pesos mensuales; y la zona B, de 68.28 pesos, que son poco mes de 2 mil 50 pesos al mes.
Según cifras del Inegi, de los 49.7 millones de personas que forman parte de la población ocupada, 6.7 millones son trabajadores que ganan hasta un salario mínimo por el desarrollo de sus actividades laborales.
El grueso de la población, casi la mitad de ellos (22.6 millones) ganan entre uno y tres salarios mínimos por su trabajo.
El documento de la OCDE mencionó que en países como Eslovenia, Francia, Chile o Turquía, el salario mínimo que se ofrece a sus trabajadores tiene un valor equivalente a 60% de lo que ganan en promedio los empleados de esas naciones.
Colombia, que aunque aún no es miembro de la OCDE, apareció en el estudio como el país con el salario mínimo más alto pues su valor es equivalente a 80% del ingreso promedio de trabajadores de esa nación.
El estudio Los salarios mínimos antes de la crisis también reveló que la carga fiscal puede reducir de manera importante el ingreso de los trabajadores, sobre todo los de los estratos de ingresos más bajos.
Según el reporte de la OCDE los gravámenes sociales o impuestos a nómina de trabajadores de bajos ingresos en Estados Unidos y “notablemente mayor” en México, son más altos que para asalariados medios.
La OCDE destacó que los bajos salarios y la pobreza laboral son parte de los principales retos de política pública que han abordado los países luego de la crisis económica de 2009.
Reconoció que aunque hoy los niveles de producción a escala global son mayores que los que prevalecían en 2007, las diferencias entre empleos y remuneraciones salariales aún persisten, principalmente entre grupos más desfavorecidos.
Respecto a medidas que busquen aumentar el salario mínimo a mejores niveles, el estudio informó que no puede ser una subida muy acelerada, ya que dejaría poco espacio para recompensar a empleados con relación a su productividad y generar pérdidas para el trabajo, la reducción de jornadas para algunos o fomentar mayor participación en el sector informal.
“Los estudios empíricos muestran que un aumento moderado no causa pérdidas importantes al empleo, además de que hay evidencia de que se puede aumentar la productividad del trabajador”, detalló.