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Publicidad y servicios personales, en la mira para recortes: expertos

Mario Alberto Verdusco| El Universal
Lunes 19 de enero de 2015
Comunicación tiene presupuesto de 4 mil mdp; servicios considera 12 mil 896 mdp. Analistas aseguran que el entorno petrolero obligaría a una segunda reforma fiscal

mario.verdusco@eluniversal.com.mx  

Los gastos de comunicación social y publicidad, el administrativo no vinculado directamente a la atención de la población y los servicios personales, serán las primeras partidas que se sacrificarían en caso de que el gobierno federal requiera hacer un ajuste al presupuesto de 2015, dicen expertos.

El titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray, reconoció que si los ingresos son insuficientes, dado el actual entorno de volatilidad, principalmente del precio del petróleo, no recurrirán a mayor déficit ni nuevos impuestos para compensar el faltante de recursos, sino harán un recorte al gasto.

De acuerdo con lo estipulado en el artículo 21 de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, además de la comunicación social y los gastos administrativos y de servicios personales, el gobierno también tendrá que generar ahorros y economías con base en los calendarios de presupuesto autorizados al conjunto de dependencias y entidades.

Aunque las reglas establecen que se pueden realizar ajustes en otros conceptos, la ley indica que se debe procurar no afectar los programas sociales, aunque la intención de este gobierno también es la de privilegiar los recursos planeados para la inversión.

Para este año, los servicios de comunicación social y publicidad tienen un presupuesto de más de 4 mil millones de pesos, mismos que serían el primer objetivo para el recorte del gasto.

Esta partida se encuentra dentro de los servicios generales, donde también se ubica el concepto de traslados y viáticos, el cual considera una erogación de 12 mil 896 millones de pesos para este año, y que también puede ser sujeto a revisión.

Dentro de los servicios personales, las oportunidades se concentran en las remuneraciones adicionales y especiales, así como otras prestaciones sociales y económicas. La primera tiene un presupuesto por 164 mil millones y la segunda por 254 mil millones. Ambas también son una opción.

En 2009, el entonces secretario de Hacienda, Agustín Carstens, echó mano del rubro bienes muebles, inmuebles e intangibles, para la realización de dos recortes que tuvo que realizar al estar en una situación similar.

En aquel año, los ingresos tampoco resultaron los esperados por la crisis económica mundial.

En este apartado se concentran algunas partidas de gasto como son el de mobiliario y equipo de administración, los vehículos y el equipo de transporte, la maquinaria y otros equipos de herramientas, así como los activos intangibles.

Esos cuatro conceptos suman poco más de 29 mil millones de pesos en el ejercicio de 2015 y que, de acuerdo con analistas consultados, también ofrecen una oportunidad para la revisión del gasto en caso de ser necesario.

Menos gasto superfluo. Analistas reconocieron que el mensaje del secretario de Hacienda es positivo por asegurar que no se incurrirá en un mayor déficit para compensar el boquete que se genere en un entorno adverso, que deje ingresos insuficientes para cumplir con el gasto público de este año.

Sin embargo, también aseguraron que es la oportunidad no sólo de recortar gasto superfluo sino de ir por algunas áreas que no han sido utilizadas en otras ocasiones como apretar el cinturón a las entidades federativas.

“Nos preocuparía que en lugar de aprovechar la oportunidad para hacer una reingeniería del gasto veamos un corte cosmético que se quede corto y resulte insignificante”, opinó el director del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), Héctor Villarreal.

Dijo que en caso de ser necesario, lo más fácil será recortar gasto corriente superfluo como viajes, viáticos, gastos de representación o nuevas contrataciones. Sin embargo, precisó que ante el periodo electoral que se avecina en el país, es poco probable que a los gobernadores se les deje sin dinero y por tal motivo también el ajuste pueda incluir al gasto de inversión.

“Hay que recordar que las coberturas petroleros no incluyen la recaudación federal participable, de tal modo que las participaciones se verán golpeadas, así como que el gobierno va a batallar con el recorte, pero difícilmente en un año electoral se va querer que los estados se queden sin dinero”, añadió.

El director de Estudios Económicos de Scotiabank, Mario Correa, coincidió en que se deben realizar recorte a aquellas partidas con actividades poco productivas, pero también comentó que la medida debe alcanzar a estados y municipios, pese al periodo electoral.

Consideró que aunque la coyuntura es compleja, también es un buen momento para incentivar a que hagan mayores esfuerzos para mejorar su recaudación, fiscalización y sean más responsables en el manejo de sus finanzas locales, lo que a la larga traerá más beneficios.

El subdirector de análisis económicos de Vector Casa de Bolsa, Luis Adrián Muñiz, comentó que si bien tiene un componente positivo que se recorte al gasto porque no se recurrió a otra medida de política fiscal, también tiene una implicación negativa, ya que puede impactar negativamente al crecimiento económico del país.

“Esto le va impactar al crecimiento económico, porque si se recorta el gasto tendrás efecto en la inversión y el consumo. La medida no es mala, pero el impacto sobre la actividad lo sabremos cuando sepamos la cantidad del ajuste al presupuesto”, externó.

¿Otra reforma hacendaria? Aunque el gobierno federal firmó el Acuerdo de Certidumbre Tributaria, en el que se comprometió a no realizar modificaciones al esquema impositivo del país en lo que resta del sexenio, los analistas mencionaron que el entorno en el mercado del petróleo podría obligar a pensar en una segunda reforma hacendaria con miras a 2016.

Incluso, el sexto acuerdo del documento reconoce que el Ejecutivo sólo propondrá modificaciones en respuesta a eventos macroeconómicos sustanciales ante los cuales sea imperante realizar ajustes al marco tributario.

El precio del petróleo cerró el viernes en 39.12 dólares por barril, lejos de los 79 dólares que se aprobaron en la Ley de Ingresos de 2015. Sin embargo, para este año no hay problema dada la contratación de la cobertura petrolera, pero si los precios bajos persisten, entonces habrá una presión hacia 2016.

Villarreal resaltó que esa situación puede llevar al gobierno a lanzar una miscelánea fiscal para el siguiente paquete económico o la “muy alta” probabilidad de otra reforma fiscal.

“El mismo Acuerdo de Certidumbre Tributaria dice que en casos extremos pueden hacer modificaciones. Lo que podrían alegar es que son causas de fuerza mayor y que los choques provienen del exterior”, detalló.

Mario Correa manifestó que no solo es viable esa posibilidad, sino que dado el entorno se hace necesaria una nueva reforma en materia tributaria, pero explicó que también se debe considerar la oportunidad de revisar algunos de los beneficios fiscales que se acotaron en la anterior legislación y que tuvieron un impacto negativo en la economía.

“Es necesario hacer una revisión del marco fiscal para generar una mayor prosperidad para la economía nacional, y esto no necesariamente a través de medidas recaudatorias, sino también revisando beneficios fiscales que beneficien sobre todo a las pequeñas y medianas empresas”, subrayó el especialista de Scotiabank.



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