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MADRID.— Inversionistas mexicanos han desembarcado en España y están dispuestos a conquistarla. Al menos así ha sido en los últimos tres años, al registrar una histórica inversión de cuando menos mil millones de dólares.

Bajo el amparo de una economía española que apenas está saliendo de una severa crisis y una economía mexicana que generó grandes capitales, pero que ahora enfrenta problemas para crecer más allá de su tasa natural de 3% o 3.5%, empresarios mexicanos han encontrado en esta nación ibérica el medio para diversificar su capital.

“Al momento de realizar este tipo de inversiones el precio es fundamental, y los precios de los activos en España, tanto inmobiliarios como financieros e industriales, han caído de manera espectacular”, dice el director general de División Corporativa de IE Business School, Juan Carlos Martínez.

Considera que conseguir entrar a un precio barato en una economía que irá hacia arriba posiciona al empresario en una senda ascendente, y los activos que han comprado estos dos últimos años, en un plazo de tres a cuatro años van a valer mucho más.

“Estas inversiones llegan en el momento adecuado y es una forma de diversificar. México ahora está creciendo menos. Si los precios del petróleo se mantienen bajos, se entra en fases distintas del ciclo y es inteligente tener acciones en esos tres sectores”, dijo.

La semana pasada, los multimillonarios Carlos Slim y George Soros buscaban quedarse con la inmobiliaria Realia, propiedad de Bankia y FCC, a un precio muy bajo, según el diario español El Economista. La oferta debía contar con el respaldo de 52.5% de los accionistas de Realia, donde FCC tiene 36.9% y Bankia 24.95%.

Además, recientemente Carlos Slim se convirtió en el principal accionista del grupo constructor que encabeza la empresaria española Esther Koplowitz, al adquirir 25.6% de FCC, por 650 millones de euros.

Sin embargo, FCC sorprendió el mismo jueves retirando la oferta de venta del 36.9% de Realia, dejando fuera nuevamente al inversionista George Soros, en lo que, según expertos, se debe a la estrategia de Slim por reforzar su posición en el sector inmobiliario, por lo que hará una oferta directa por esa compañía.

Esta semana también se difundió que un inversionista mexicano —cuyo nombre queda en el anonimato— compró el edificio situado en la exclusiva zona Gran Vía 14, en Madrid, a través de la consultora Inmobiliaria CBRE, por 21 millones de euros.

“El edificio de Gran Vía 14 es un sitio histórico, ahí hay oficinas del gobierno regional de Madrid. No se dijo quién compró, pero se sabe también que hay inversionistas mexicanos comprando o bien bloques enteros, como el de Vía 14, o pisos en barrios premium en Barcelona, pero sobre todo en Madrid”, comenta Juan Carlos Martínez.

De acuerdo con los últimos datos disponibles, en los últimos años se ha registrado una participación importante de inversionistas mexicanos en España, que “cada año ha ido incrementándose respecto al anterior”, puntualiza Martínez.

Por ejemplo, menciona, en 2012 fueron 192 millones de dólares y en 2013 la cifra pasó a 743 millones, lo que implica un crecimiento de 96%, de un año a otro. Los datos correspondientes a 2014 aún no están disponibles, “pero se espera que también haya un alza importante. No sabemos si alcance los mil millones, porque aún no se han cerrado los datos”.

Sin embargo, precisa que el monto también depende del lugar en donde se haya realizado o si llega directamente de México o de otros países, como por ejemplo de Estados Unidos, aun cuando sea de mexicanos.

Las adquisiciones de mexicanos. Las empresas mexicanas se están internacionalizando y no sólo hacia Estados Unidos, que podría ser el destino tradicional, sino que están entrando a Europa y España es normalmente la vía más adecuada.

Martínez enumera los inversionistas que están en este país.

En Banco Sabadell participa David Martínez; en Banco Popular, inversionistas encabezados por la familia Del Valle; en Caixa Bank, Carlos Slim es accionista, y en Liberbank figuran Ernesto Tinajero y Gustavo Tomé.

Además, Grupo Alfa, a través de Sigma Alimentos, adquirió el año pasado a Campofrío, mientras que Autobuses ADO se hizo de Autobuses Avanza y Alsea compró a Grupo Zena.

El inmueble de Gran Vía 14, sede de IBM en Madrid, también fue adquirido apenas por mexicanos. Cabe recordar que empresas como Cemex, Pemex y Bimbo ya habían incursionado años atrás en el mercado español, pero es ahora que el interés de los mexicanos se da con fuerza.

La embajadora de México en España, Roberta Lajous, asegura que cada semana le toca inaugurar una empresa nueva aquí y estima que esta tendencia continuará, “porque las empresas mexicanas deben salir para sobrevivir”, según comentó a El Economista en días pasados.

Comprar activos en España también trae un plus, ya que se otorga la nacionalidad, o al menos la residencia, al inversionista.

La embajadora mexicana aseguró que el factor cultural es muy importante y “es muy significativo el número de mexicanos que han recuperado la nacionalidad española y vienen a España a hacer negocios”.

Juan Carlos Martínez, de IE Business School, resalta que la explicación a por qué los inversionistas mexicanos están entrando ahora y no antes se fundamenta en dos razones.

La economía mexicana ha generado grandes capitales, se han hecho grandes fortunas y, de alguna manera, esta es una forma de colocarlas. “No olvidemos un dato. Como consecuencia de la crisis, el tejido empresarial de España necesita financiamiento porque está muy endeudado y están bastante baratos los activos españoles.

“Conseguir un 25% de FCC para un mexicano hace 10 años seguramente habría sido muy complicado, mucho más caro de lo que le costó ahora a Slim. Las empresas españolas están baratas, los activos están baratos, hay más seguridad de inversión aquí; de alguna manera ya se ha superado la crisis, España no va a salir del euro, el proyecto avanza”, insistió.