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El bajo ritmo de crecimiento del mercado interno provocó que en el primer bimestre del año se registrara una baja en las ventas y en los niveles de cobranza en las industrias que están más vinculadas al consumo nacional y amplió la brecha que éstas tienen con las ligadas a la exportación.

Lo anterior hace evidente la necesidad de incentivos y programas de apoyo para éstas, por lo que la Confederación Nacional de Cámaras Industriales (Concamin) propuso un decálogo de acciones en pro del sector.

Ante el hecho de que 2016 está marcado por “nubarrones”, incertidumbre y volatilidad en los mercados financieros en la parte externa, y en lo interno por afectaciones por el vaivén en el precio del dólar y, comportamientos desiguales en la actividad manufacturera, es necesario que se adopten medidas que promuevan su crecimiento, consideró la Concamin que presiden Manuel Herrera Vega.

“En estas circunstancias, es preciso garantizar la estabilidad macroeconómica sin olvidar la creación de estímulos a la inversión productiva y a la generación de empleos para responder a los desafíos económicos y sociales que definen el presente. En el arranque de 2015, la industria presenta resultados contrastantes”, dijo.

En los primeros meses de este año se observaron caídas en la actividad del sector petroquímico, químico, curtido, acabado y fabricación de productos de cuero y piel, insumos textiles, entre otros; mientras que hubo dinamismo en el automotriz.

De diciembre de 2014 a febrero de 2015, se registraron en el Seguro Social 193 mil 475 puestos de trabajo, de los cuales 147 mil 983, equivalentes a 75%, fueron generados por las empresas industriales.

Con todo ello, la producción industrial cerró enero de 2015 con un avance de 0.3% respecto al mismo mes del año anterior, por lo que es necesario considerar medidas de apoyo.

Lineamientos. La orientación de dicha estrategia se articula con los siguientes principios:

Una alianza a favor de la modernización y competitividad del sector fabril mexicano, a partir de la innovación y el impulso a los encadenamientos productivos.

Fomento al desarrollo del mercado interno, considerando la participación de autoridades federales y estatales, banca de desarrollo, organismos de representación empresarial y trabajadores, entre otros.

Diseñar una estrategia de sustitución eficiente y competitiva de importaciones, identificando aquellos productos e insumos que podemos fabricar aprovechando la infraestructura productiva disponible y los recursos existentes en la banca de desarrollo, para financiar la mejoras de los procesos productivos y la adaptación de las empresas a las exigencias propias de la modernización y la competencia.

Promover la incorporación de los adelantos tecnológicos en la operación de las empresas micro, pequeñas y medianas, a través de apoyos financieros y fiscales —exenciones temporales, estímulos para la actualización tecnológica o la creación de fuentes de trabajo en el sector formal de la economía— para impulsar el arraigo de los adelantos tecnológicos.

Inducir el desarrollo de agrupamientos industriales de competitividad internacional; aprovechar las mejores prácticas, producir y comercializar productos con alto valor agregado y desarrollar plataformas de exportación, explicó Herrera Vega.