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Las nuevas medidas que introdujo la reforma hacendaria el año pasado pudieron motivar que los mexicanos elevaran su uso de efectivo a costa de reducir el uso de otros medios de pago, como tarjetas de crédito.

De acuerdo con un análisis del Banco de México (Banxico), introducido en su informe de inflación del primer trimestre, la percepción de una mayor fiscalización incitó el uso de efectivo para asegurar, por ejemplo, que las erogaciones por pagos con tarjeta de crédito sean congruentes con los ingresos fiscales declarados.

La aplicación de un monto máximo a las deducciones personales sobre el Impuesto Sobre la Renta (ISR) de personas físicas, que trajo consigo la reforma fiscal, podría haber generado también incentivos a incrementar el uso de billetes y monedas en detrimento de medios electrónicos.

Asimismo, la homologación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en la frontera del 11 al 16% habría generado incentivos a incrementar el uso de efectivo para evitar el pago del impuesto correspondiente, según el análisis del banco central.

La medida que consiste en una reducción al monto máximo de cheques al portador, de 20 mil a 5 mil pesos, pudo llevar también a los individuos acreedores de un pago mayor a 5 mil pesos a solicitar el pago en efectivo. Ello, con el objetivo de evitar recibir un cheque sujeto a fiscalización.

Para Banxico, estos fueron los principales cambios tributarios que detonaron un mayor uso de efectivo, lo que habría dado lugar a un incremento en la disposición de efectivo de cajeros y a reducciones en el uso de medios de pago alternativos al efectivo.

En 2014, destacó el instituto central, aumentaron los retiros de billetes en cajeros automáticos, y se redujo el monto de transacciones realizadas con otros medios de pago, particularmente las tarjetas de crédito.

Además, los estados fronterizos registraron un incremento en la demanda por efectivo proporcionalmente más elevado que en el resto de los estados del país en el año pasado.