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Antes de desaparecerde la faz de la Tierra...

Mariana F. Maldonado| El Universal
Miércoles 01 de julio de 2015

Analiza si es prudente. Es recomendable que tomes días bajo ciertas circunstancias.

Si sólo lo harás para irte a tirar en la cama y deprimirte más por la crisis que estás pasando, por supuesto que no es recomendable que tomes días libres.

“Se tiene que tener mucho cuidado, no es una receta, estás triste te vas de vacaciones, estás contento y aumentas tu horario de trabajo. Somos un paquete de estados de ánimo y tenemos que aprender a manejarlo”, sostiene Eva Denaday, coach organizacional de Q International.

Después de haber vivido un proceso muy desgastante, o se está en situaciones en las que se necesita mirar las cosas desde distinta perspectiva, irse de vacaciones ayuda, sostiene el psicólogo laboral de la UNAM, Rodrigo Peniche.

Sin embargo, de verdad tienes que irte de vacaciones y no sólo pidas esos días para encerrarte en tu casa. “Es una reacción humana, pero es más riesgoso porque puede agravar la tristeza, angustia, enojo o desesperación, porque dejo de pensar con claridad al estar encerrado”.

De pronto romper con la cotidianeidad no es tan recomendable. En estos momentos, necesitas de rutinas porque esto te ayudará, dentro de lo posible, a guardar el equilibrio. El trabajo, en muchas ocasiones, te ayudará a estar conectado con el mundo y a ocuparte para no estar rumiando lo mismo una y otra vez.

“No se debe dejar de ir al trabajo ni dejar de comer hasta donde sea posible. No dejar de hacer las cosas que siempre se hacen ayuda mucho a mantener claridad en la cabeza”, sostiene Peniche.

En este sentido, no debes dejar de lado actividades que te gusten o que te relajen, porque los problemas los vas a atajar con ese lado de ti que se encuentra bien y si dejas que éste también se dañe, luego será más difícil apagar la crisis.

También es posible que alternativas como el trabajo en casa puedan ayudarte a liberar un poco de la tensión, así que si en tu oficina no se trabaja con ese esquema, es recomendable que lo pidas.

Sin embargo, sucede lo mismo que con las vacaciones, no es una regla y hay personas a las que les funciona y hay otras a las que irse a su casa sólo sería un aliado de la tristeza y desesperación. Aquí necesitas analizar las circunstancias y decidir qué es lo que te conviene para aligerar la presión por la situación crítica.

Detente un momento para analizarlo y cuando vayas con tu jefe a platicarle sobre tu problema, también pide aquí con qué podrían ayudarte. Si es con trabajo flexible, adelante.

Otras ayudas también pueden ser el que te apoyen para salir temprano o quizá dirigiendo algún proyecto que tú no tienes cabeza para dirigir en estos momentos.

Ante eventos difíciles suele ser complicado pero en la medida de lo posible necesitas no cambiar tus hábitos de alimentación ni de sueño, porque el estar sumido en una crisis te hará consumir más energía y utilizar más tu cerebro.

“Si yo tengo un problema necesito más energía y mi cuerpo tiene más desgaste de energía por el estrés. Yo nutro mi cuerpo durante el sueño, si no duermo bien, me voy a empezar a desnutrir, y por eso es importante comer”, explica el sicólogo de la UNAM.

Ten en cuenta que quizá el problema exija la intervención de un especialista. Ya sea de un terapeuta, abogado, asesor financiero, doctor o de cualquier persona relacionada que pueda ayudarte a salir de éste, así que ante cualquier crisis, conviene que reflexiones y pidas cuanto antes ayuda, ya que el tiempo que estás perdiendo si no lo haces es muy valioso.

Ahora sí, ¿tomarás vacaciones?



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