La economía mexicana debe acelerar su ritmo de crecimiento así como la creación de empleo formal mejor remunerado. Si bien en 2104 la tasa de desocupación registró un descenso, ello no fue fruto de la creación de ocupación y empleo, las cifras del INEGI lo demuestran.

Al cierre del año pasado la tasa promedio anual de desocupación disminuyó a 4.4%. No obstante parte del resultado es atribuible a la caída en la Población Económicamente Activa (-) 262,486 personas, no a la generación de ocupación.

Las cifras del INEGI son contundentes: en el cuarto trimestre del 2014 el nivel de ocupación fue inferior al del 2013 (49,823,798 vs 49,945,599 personas, 121 mil menos). La tasa de desocupación bajó porque menos personas buscaron empleo.

No se puede soslayar que la formalización de la economía fue un aspecto positivo, 409,451 personas menos en el sector informal que en 2013. No obstante la informalidad sigue manteniéndose como la parte mayoritaria en el mercado laboral mexicano. Al cierre del 2014, es sector informal ocupó a 28,856,933 de personas.

El avance de la formalización y la disminución de la PEA fueron dos de los elementos centrales que ayudaron a la disminución de los indicadores que reflejan las condiciones de precariedad laboral en México.

La cuestión es que ello no se reflejó en una mejora salarial, persiste la precarización de los ingresos laborales. Se debe señalar la caída en la ocupación que se dio los rangos de mayores salarios: una reducción que superó el millón de personas para quienes ganan más de 3 salarios mínimos. Por el contrario, la ocupación que se generó en el país se concentró en el rango de personas que ganaron entre 1 y 3 salarios mínimos: 988,679 más.

Para revertir lo anterior, y para impulsar el desarrollo de México, se requiere de mayor inversión productiva que genere empleo formal. Producir en México es necesario para que se eleve el nivel de empleo y con ello exista un mercado interno robusto que sea sinónimo de bienestar social y económico.

El desafío no es menor, 6.7 millones mexicanos reportaron tener ingresos menores a un salario mínimo, de los cuales 3.1 millones son trabajadores subordinados y remunerados. De los resultados del Censo Económico 2014 es evidente que la mayor parte de las bajas remuneraciones se encuentra en los negocios de menor tamaño.

Como resultado de lo anterior es altamente probable que en las próximas semanas se reporte un aumento en el Indicador de la Tendencia Laboral de la Pobreza, es decir, de la precarización de los ingresos laborales de los trabajadores mexicanos.

Las estadísticas del INEGI muestran que el pilar de la creación de empleo nuevamente se encontró en el sector industrial. En 2014 solamente tres sectores de la economía reportaron un incremento en el número de personas ocupadas: construcción 150,143, manufacturas 23,865, (pertenecientes al sector industrial) y restaurantes y servicios de alojamiento 77,341. El sector primario y el resto del sector de los servicios contabilizaron una caída en la ocupación.

Además la generación de empleo de mayor valor agregado se concentró en la industria, lo cual es consistente con los resultados que muestran que la mayor contribución al desarrollo económico de México se dio en las entidades que tienen un perfil productivo industrial: Aguascalientes, Querétaro, Coahuila, Nuevo León.

Si bien las tasas de desocupación más bajas se registraron en los estados más pobres y menos industrializado, ello es porque la informalidad laboral llega a superar el 70% de la población ocupada.

Por tanto los resultados de la tasa de desocupación deben observarse con cuidado, la informalidad es una válvula de escape, da ocupación pero que no genera condiciones de bienestar. En Chiapas 32.1% de su población ocupada se encuentra en Condiciones Críticas de Ocupación. A nivel nacional la tasa es de 12%.

*Director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico