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La promulgación de la Reforma Financiera podría afectar a las instituciones bancarias pequeñas o de nueva creación, pues trae consigo un costo regulatorio ligado a la implementación de la nueva legislación, aseguró Eduardo Gómez Alcalá, especialista de PwC México.

Aunque es difícil calcular el impacto de la reforma en términos monetarios, el analista indicó que para las instituciones nuevas la reforma incluye un costo regulatorio extra de liquidez, establecimiento de base de datos y otros insumos.

Explicó que los bancos grandes tienen “cancha abierta” en esta materia y que las modificaciones para ellos son más ligeras.

Gómez Alcalá aseguró que el reto está en que la regulación secundaria se convierta en un facilitador del sistema financiero.

“Hoy la tarea está en que los bancos sean más competitivos y eficientes, que brinden mejores servicios a bajos costos”, abundó.

No obstante, anticipó que los efectos positivos de la reforma se verán en un periodo de seis meses a un año. Opinó en que la legislación es benéfica, va en el camino adecuado y en un mediano plazo los usuarios serán los más beneficiados.