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La Reforma Energética, bien implementada, puede traer beneficios importantes para México en términos de crecimiento económico, aumentando la tasa potencial de desarrollo en 1.3%, lo cual en vez de crecer a 3%, nos llevaría a 4.3%, señaló Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA Bancomer.

Sin embargo, el especialista advirtió que este y otros beneficios de la Reforma Energética no serán inmediatos. La aprobación de una reforma constitucional para permitir la inversión privada en el sector energético no debe ser motivo “para echar las campanas al vuelo”, dijo.

Destacó que existe una serie de retos tecnológicos, regulatoriosy ambientales que hay que superar para que se haga realidad el efecto de los cambios en el crecimiento de la economía y el incremento en la producción de petróleo.

Por ejemplo, el proceso para la exploración y extracción de hidrocarburos en aguas profundas está constituido de varias etapas, algunas de las cuales suelen requerir varios meses o años, de ahí que en el mejor de los escenarios la extracción de aguas profundas en México podría ocurrir hasta 2018, en un escenario optimista, destacó Serrano, en la presentación de su más reciente informe “Situación Regional Sectorial México”.

La caída de la producción tradicional hace urgente la incursión en aguas profundas del Golfo de México y en recursos no convencionales, en particular la lutita. Esto es importante para ir remplazando la producción, precisó y advirtió que hay que tener claro cuándo puede llegar el hidrocarburo.

De los recursos prospectivos de hidrocarburos aproximadamente 23% están en aguas profundas y la mayor parte, en hidrocarburos no convencionales.

Otro de los temas importantes contemplados por la Reforma Energética que destaca el reporte de BBVA Bancomer, se refiere a los porcentajes mínimos de contenido nacional en la proveeduría, los cuales se establecerán en la legislación secundaria correspondiente. Ello resulta de mucha relevancia para los proyectos de exploración y extracción de hidrocarburos de aguas profundas, ya que porcentajes relativamente altos podrían demorarlos o inclusive desalentar la participación de las grandes compañías petroleras —poseedoras de la experiencia y del capital humano para este tipo de proyectos.

En cuanto a las licitaciones de proyectos de exploración y extracción de hidrocarburos —actividad que en el decreto de Reforma Energética se señala que le corresponde a la Comisión Nacional de Hidrocarburos—, el reporte advierte que es importante que dichos procesos se realicen no solamente de manera expedita sino también de forma tal que la asignación de ganadores sea consistente con la mejor propuesta de proyecto sin sacrificar estándares de seguridad industrial y calidad en el ambiente.

Con relación a estos dos últimos aspectos, es importante seguir las mejores prácticas internacionales y adoptar, cuando sea posible, la regulación basada en desempeño con la intención de fomentar la eficiencia económica e innovación tecnológica, mejorar continuamente los estándares y contemplar muchas de las posibles fuentes de incertidumbre

El uso de grandes cantidades de agua para la extracción del petróleo y/o gas de lutitas es otro tema cuyo tratamiento en la legislación secundaria requiere especial atención. Ello en virtud de que los mayores recursos prospectivos de esos hidrocarburos se hallan en la cuenca de Burgos, región del país caracterizada por la escasez de ese líquido.

Por ejemplo, la producción de 300 mil barriles diarios de petróleo de lutitas requeriría, dependiendo de las técnicas, entre 8.5% y 25.4% del uso público del agua en los estados de Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila. Habrá que ser muy cuidadoso al redactar la reglamentación secundaria y asignar contratos para que se pueda hacer un uso racional del agua, dijo Serrano.