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Las empresas de alimentos, bebidas y medicamentos han encontrado una opción para deshacerse de los productos casi caducos o de aquellos que no logran comercializarse en el punto de venta. Se trata de un mercado valorado en mil 200 millones de pesos.

Bajo este modelo de negocio, una compañía compra esos artículos improductivos a un precio bajo y los revende a terceros, quienes a su vez los comercializan en el mercado informal.

En este proceso de compra-venta, los grandes corporativos productores se deslindan de cualquier responsabilidad sobre sus artículos y se deja a criterio del comerciante informal su salida al mercado.

El corporativo Active International, uno de los dos principales competidores de este tipo de negocio, estima que el mercado en México tiene un valor entre mil a mil 200 millones de pesos y tan sólo el año pasado tuvo un incremento de 30% en sus ingresos, pero la expectativa apunta a llegar a tasas de 50%.

El director general de esa compañía, Eric Mergenthaler, explicó en entrevista con EL UNIVERSAL, que los principales productos adquiridos antes de acabar su fecha de caducidad son alimentos, bebidas y medicamentos, aunque en el caso de los fármacos sólo compran los llamados OTC o de libre venta.

“Nosotros firmamos acuerdos de confidencialidad con los clientes y no podemos dar nombres, pero nuestros clientes ideales son empresas que producen bienes de consumo como alimentos, productos electrónicos, autos, papel o medicamentos.

“Actualmente tenemos 60 clientes y son los proveedores de yogurt, pastas o embutidos, y apenas estamos haciendo un acuerdo con una tienda de autoservicios”, detalló.

Para especialistas consultados la adquisición de los “bienes improductivos” puede ser un riesgo para los consumidores, pero tiene la ventaja de generar un impulso a la economía con productos a precios bajos que se distribuyen entre personas de escasos recursos.