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Análisis. El crecimiento en la segunda mitad de 2014

Enrique Cárdenas Sánchez *| El Universal
Viernes 22 de agosto de 2014
<b>Anlisis.</b> El crecimiento en la segunda mitad de 2014

MEJORA. El ejercicio del gasto público se está recuperando. (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )


El crecimiento de la economía durante la primera mitad del año ha estado muy por debajo de las expectativas de todos. Durante el primer semestre, el crecimiento del Producto Interno Bruto anualizado fue de sólo 1.9%, y en el segundo alcanzó el 1.6%. Tomado esas cifras como ya una realidad, para alcanzar una tasa de crecimiento de 2.7%, que es la estimación revisada de la Secretaría de Hacienda (que originalmente había estimado el crecimiento para 2014 en 3.9%), se necesitaría que en promedio, la economía creciera al 3.7% durante la segunda mitad del año con respecto a lo ocurrido en 2013. Es decir, debe crecer al doble, prácticamente, de lo que creció en los primeros seis meses del año.

Lograr esta tasa de crecimiento en la segunda mitad de 2014 comienza a vislumbrarse como difícil, aunque hay indicios de que la parte más complicada del año ha quedado atrás. Los problemas de la economía de los Estados Unidos, cuya producción se contrajo 2.1% en el primer trimestre del año, ya comenzó a repuntar en el segundo (+4%), por lo que la demanda por nuestras exportaciones deberá aumentar en el segundo semestre. También el ejercicio del gasto público está recuperándose, aunque todavía con altibajos. La aprobación de las leyes secundarias de las reformas energéticas y de telecomunicaciones deberían modificar expectativas, pero tardará tiempo en que se traduzcan en inversiones. Finalmente, los ajustes de los agentes económicos por la reforma fiscal deberán hacerse cada vez más pequeños pero todavía es demasiado pronto para saber cuál será el resultado final. Es decir, todavía no sabemos hasta donde la reforma fiscal realmente inhibe la inversión y el consumo.

¿Qué implicaciones tiene la baja en la tasa del crecimiento económico? De entrada, que habrá menos producción de bienes y servicios que los que requiere la población. Es decir, habrá menos satisfactores, y por ende menos empleo de lo que se necesita. De hecho, para que la nueva fuerza de trabajo encuentre empleo se necesita que la economía crezca entre 5 y 6% anualmente. Eso es sólo para los nuevos integrantes de la población económicamente activa. Pero como eso no ha sucedido por decenios, la acumulación, o déficit de creación de empleo, es de varios millones de puestos de trabajo. De ahí los aumentos en la informalidad, la baja productividad promedio y el éxodo a los Estados Unidos.

Crecer a una tasa de alrededor de 2% al año realmente implica que la producción por persona, o PIB per cápita, queda relativamente estancada de un año al otro. No se percibe progreso, o el que hay de unos es en menoscabo del progreso de otros. Esta situación no puede, ni debe, mantenerse así. No es sostenible socialmente y pondría en entredicho el desempeño del gobierno actual.

 

* Centro de Estudios Espinosa Yglesias / Correo: ecardenas@ceey.org.mx



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