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La reforma energética permitirá a Petróleos Mexicanos (Pemex) reducir su carga fiscal en cerca de 90 mil millones de pesos anuales, aseguró ayer el secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray.

Al participar en la promulgación de las leyes secundarias energéticas, el responsable de las finanzas públicas reconoció que no se trata de un cambio marginal, sino de un verdadero cambio de paradigma.

“Basta con decir que al final de un periodo de transición de cinco años se observará una reducción histórica en el monto de derechos que paga Petróleos Mexicanos, cerca de 90 mil millones de pesos anuales”, comentó en Palacio Nacional.

Detalló que la disminución de la carga fiscal obedece, en primer lugar, a que la tasa que aplica a la utilidad neta se reduce de 71.5 a 65%; se reconocerán los costos reales de su operación y las pérdidas que no se hayan podido deducir en un año particular podrán ser reconocidas en un futuro.

También se simplifica el régimen fiscal, para que en lugar de pagar nueve derechos como hasta ahora se hacía, sólo tenga que costear tres, además del Impuesto Sobre la Renta (ISR).

De esta forma se establece que el régimen fiscal que aplique a las asignaciones de Petróleos Mexicanos será exactamente el mismo que aplicará a los nuevos contratos en materia de hidrocarburos. El titular de la dependencia dijo que la reforma energética es un cambio radical al régimen fiscal del petróleo, el gas y la electricidad. “Es un cambio profundo en la relación entre nuestra energía y la hacienda pública nacional”, dijo.

Luis Videgaray comentó que para la Comisión Federal de Electricidad (CFE) también se realizaron cambios que aligerarán su carga fiscal, como la eliminación del aprovechamiento actual que se calcula de manera atípica como un porcentaje de sus activos y, a partir de ahora sólo pagará el ISR, como cualquier otra empresa.

Dijo que con los mayores recursos con los que contarán las nuevas empresas productivas, podrán incrementar sus inversiones de manera que generen utilidades, y como lo hace el resto de las empresas en México, paguen un dividendo al gobierno federal.

“La decisión sobre el monto del dividendo buscará dar el mejor uso posible a las utilidades que generen las empresas, y hace que se reinviertan en las mismas o que se destinen a otros fines socialmente deseables”, detalló.

Un segundo cambio fundamental radica en que Pemex y CFE tendrán plena autonomía para definir a qué destinan sus recursos, y únicamente deberán de respetar una meta de endeudamiento y un techo para el pago de remuneración de su personal, que serán aprobados por el Congreso de la Unión”, afirmó.

De ese modo, ya no necesitarán la aprobación de la Secretaría de Hacienda para conformar su presupuesto cuando requieran realizar cambios al mismo.

También señaló la asunción de los pasivos laborales, lo cual será posible sólo si las empresas y los trabajadores acuerdan de manera voluntaria cambiar el régimen pensionario que les aplica.

“Una menor carga fiscal; autonomía presupuestaria, y una menor carga pensionaria, dejan claro que Pemex y la Comisión Federal de Electricidad, enfrentarán el nuevo entorno de mayor competencia en el sector de energía, desde una posición de fortaleza que les permitirá tener pleno éxito y seguir creando valor”, afirmó el funcionario.