sara.cantera@eluniversal.com.mx

En los primeros siete meses del año, la balanza comercial del sector automotriz registró un récord histórico, con un saldo favorable de 27 mil 177 millones de dólares y un alza de 11.9% con respecto al mismo periodo del año anterior, informó la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).

Según las cifras reportadas, la balanza comercial supera 23.6% la registrada en 2012 y 39.1%, la obtenida en 2011.

La balanza comercial resulta de restar el valor de las importaciones al valor total de las exportaciones de vehículos, partes, componentes, motocicletas y vehículos pesados.

Eduardo Solís, presidente de AMIA, destacó que mientras el sector automotriz tiene una balanza positiva, el de las manufacturas en su conjunto reportó un déficit de 6 mil 415 millones de dólares en el periodo referido.

“Significa que sin el sector automotriz, las manufacturas traerían menos 33 mil millones de dólares, para tener una idea del impacto que tiene en la economía el sector automotriz”, indicó Solís.

AMIA anticipó que este año, la balanza automotriz rebasará la cantidad de divisas generadas en nuestros país por la exportación de petróleo, turismo o remesas, convirtiendo a la industria en la principal generadora de divisas y estabilidad económica.

“La balanza comercial total del país trae un saldo desfavorable, ya contando el petróleo, de menos 1 mil 229 millones de dólares, con una caída del 64%. Ese déficit comercial de país sería 27 mil millones de dólares más profundo si no tuviéramos este superávit del sector automotriz”, destacó Solís.

De enero a julio, México exportó bienes por 226 mil 390 millones de dólares, pero importó productos por un valor de 227 mil 619 millones de dólares, lo que dejó una balanza comercial desfavorable por 1 mil 229 millones de dólares, según cifras del Banco de México.

El presidente de AMIA insistió en los ‘claroscuros’ de la industria, pues mientras las exportaciones mantienen un ritmo de crecimiento constante, las ventas de autos en el mercado interno están en los mismos niveles de hace una década, debido a la falta de crédito para la compra de vehículos y a la entrada masiva de autos usados que limitan la renovación natural del parque vehicular.