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A la reforma hacendaria hay que darle un año para ver cómo marcha, pero si después de ese tiempo no cumple con las expectativas, no hay razones para “casarse con algo que no funciona”, aseguró la titular de la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente (Prodecon), Diana Bernal Ladrón de Guevara.

En entrevista con EL UNIVERSAL, la ombudsman fiscal explicó que desde la entrada en vigor de los nuevos impuestos y las nuevas reglas fiscales ha crecido el número de quejas y asistencias por aquellos contribuyentes con dudas, razón por la cual han detectado una serie de cuestiones delicadas de la reforma en pos de la actividad económica.

“Este es el reto de la reforma fiscal, que no se vuelva un constrictor de la economía, porque el sector empresarial lo ha expresado, sigue preocupado por la reforma pueda funcionar, ya que hasta ahora lo que hemos visto no han sido buenas las noticias y no ha habido crecimiento”; explicó.

Respecto al tema sobre el retraso de las devoluciones de impuestos a empresas, la procuradora destacó que es un asunto en el que siguen pendientes con la autoridad, pues a pesar de lanzar sugerencias para que agilice este tema, las respuestas que ha ofrecido el Servicio de Administración Tributaria (SAT) los han dejado insatisfechos.

El jefe del SAT, Aristóteles Núñez, reconoció que hay un segmento de contribuyentes que cínica y descaradamente realizan prácticas de evasión y defraudación fiscal mediante la solicitud de devoluciones de impuestos.

Para Diana Bernal el comentario del jefe del fisco no es apropiada, pues no se puede juzgar a la generalidad de los pagadores de impuestos, por lo que es necesario que quienes defraudan a Hacienda vayan a la cárcel y aquellos que sí cumplen otorgarles el derecho de la devolución de impuestos a fin de no afectar la viabilidad financiera de sus negocios.

“Uno no puede juzgar al universo de los gobernados por un grupito que está haciendo algo indebido, eso es perder la dignidad y por eso la Prodecon hace énfasis en que se debe recobrar la dignidad de los pagadores de impuestos”, destacó.

¿A casi tres años de entrar en operación los datos parecen dar cierto respaldo a los contribuyentes que han acudido a la Prodecon por algún caso contra las autoridades?

Así es, tenemos datos extraordinarios pues ha habido una solución favorable para los contribuyentes en un 87%. Se trata de personas que cada vez tienen más confianza en la Prodecon. Hay temas mucho más difíciles de arreglar, pero a veces no es fácil para las personas resolverlo con el SAT y por eso vienen con nosotros. Ahora resolvemos casos de mayor envergadura y mayor calado. La vida diaria de lo fiscal nos da mucho trabajo porque es muy truculenta. Hay casos sencillos y obvios de violación de derechos e incluso hay otros muy complejos, pero hemos intervenido y el SAT u otras instituciones han tenido que responder. Hacia falta un ombudsman fiscal y lo reflejan las cifras.

¿Cual es su percepción sobre este SAT respecto con el que le tocó dialogar en el sexenio pasado?

No me importa ni de que color sea ni quien es el titular, pero lo cierto es que ha habido una apertura a las actividades del ombudsman, pero no significa que no nos digan que no en algunos casos como en el de la devolución del IVA donde seguimos muy entrampados y en mesas de trabajo, pero tengo la ventaja de mandarle un whatsapp a Aristóteles para expresarle cualquier cosa. Ha sido una administración perceptiva.

¿En este primer semestre del año, qué tanto se elevaron las tareas de la Prodecon con la entrada en vigor de la reforma hacendaria?

La reforma fiscal es un tema muy delicado, pero se nos incrementó muchísimo.

De acuerdo con la Prodecon hay tres grandes aspectos: el Régimen de Incorporación Fiscal (RIF), la entrada del buzón tributario y la macro reforma.

En el primer caso, el RIF promete ser un régimen muy bueno, pero en la práctica notamos varias problemáticas. En el segundo lo que vemos es una gran preocupación con todo tipo de contribuyentes para que se expidan las mejores reglas sobre la operación del buzón tributario y la contabilidad electrónica…

…¿Y el tercero?

El tercero es si la macro reforma va funcionar o no. Vamos a ver si va funcionar que haya desaparecido el impuesto de control (IETU) y en su lugar al empresario se le haya quitado la deducción inmediata de inversiones y se le hayan reducido la deducción de prestaciones salariales y de previsión social exentas al 47%, ese es el gran tema.

Las empresas deben crear empleos. Antes de la reforma fiscal generar un puesto costaba 28% porque es lo que tenía que aportar al IMSS y al Infonavit más su sueldo, pero ahora el patrón sólo puede deducir 47% de prestaciones como aguinaldo, prima vacacional, horas extras y esto es lo que más ha impactado al sector empresarial. Si a eso le añadimos el IEPS, que a mi juicio, no como procuradora sino como fiscalista, no es un buen impuesto.

Tenemos una empresa que vende productos comestibles que sus ventas bajaron en 20 mil millones de pesos porque cierto producto que costaba 8 pesos ahora se cotiza en 11 y aunque no le afecta a algún sector de la sociedad este incremento, a otras personas que no disponen de mayores recursos esos tres pesos de diferencia hacen que se contraiga su consumo.

Este es el reto de la reforma fiscal, que no se vuelva un constrictor de la economía, porque el sector empresarial lo ha expresado, sigue preocupado de que la reforma pueda funcionar, ya que hasta ahora lo que hemos visto no han sido buenas noticias y no ha habido crecimiento.

A eso hay que agregar las devoluciones del IVA porque si además de todo eso la liquidez se contrae hay muchas empresas que por su actividad tienen una devolución que deben tener forzosamente y que no reciben.

¿Y con todas estas quejas recibidas y atenciones que han ofrecido, ustedes ven viable la continuidad de la reforma fiscal?

No se puede quitar la reforma antes de un año, necesitas por lo menos un año, además de que las leyes fiscales son anuales, hay que ver este año cómo funciona y después con todo respeto no te puedes casar con algo que no funciona, no es algo que esté en mi competencia, ya es facultad del Ejecutivo o del Congreso.

Pero si considero que de pronto no le puedes pedir al contribuyente que ya no va poder deducir todo o que ya no le devuelven el IVA o que además va tener que subir su contabilidad en línea cuando hay empresas con 25 mil cuentas y lo que van a tener que hacer es contratar un proveedor informático y un contados que les traduzca sus archivos contables informáticos que la va pedir el SAT, es decir, son muchas cargas.

¿Qué opina del retraso de devoluciones del SAT bajo el argumento de que hay contribuyentes que han abusado cínica y descaradamente de la simulación de operaciones falsas?

No puedes juzgar a la generalidad de los gobernador por lo que están desplegando una conducta indebida. Es como un toque de queda porque hay mucha delincuencia, esas son medidas extremas. Así que tu no puedes atacar así. No dudo que haya defraudación, conductas delincuenciales , pero no puedes tratar a la generalidad de los contribuyentes porque son defraudadores. Hay empresas que llevan 30 años declarando y de pronto se les detiene la devolución del IVA porque están en revisión. Siempre ha habido un razonamiento, lo digo sin referirme a Aristóteles, permanentemente de las autoridades fiscales de que los contribuyentes tienen una conducta fraudulenta y entonces legisla para todos, con medidas extremas para todos.

Uno no puede juzgar al universo de los gobernados por un ‘grupito’ que está haciendo algo indebido, eso es perder la dignidad y por eso la Prodecon hace énfasis en que se debe recobrar la dignidad de los pagadores de impuestos.

Como procuradora, ¿qué decirle a esas personas que han resentido en el bolsillo la entrada en vigor de nuevos impuestos y aquellos que sienten que ha habido alguna violación por parte de las autoridades?

Que sepan que existe este organismo que es autónomo, no necesitan nada, nosotros les vamos a prestar el servicio y que luchamos a escala global para que la relación con el fisco sea más equitativa y que haya menos abusos, que haya una relación de confianza y de encuentro, no un juego de máscaras donde la autoridad desconfíe de los contribuyentes, ni que tampoco los contribuyentes defrauden a la autoridad.