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La clave para que la economía tenga un futuro promisorio es la implementación exitosa de las leyes secundarias en sectores estratégicos como el energético y las telecomunicaciones, por lo que el país no puede perder tiempo ni postergar su ejecución, advirtió el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).

En entrevista con EL UNIVERSAL, el presidente nacional del IMEF, Daniel Calleja Pinedo, estimó que el Producto Interno Bruto (PIB) del país puede tener una expansión de 3.2% a 3.5% en este 2014; sin embargo, para los años siguientes es posible tener tasas más elevadas gracias al apetito que generarán las reformas estructurales aprobadas.

“Sentimos que el ‘Momento Mexicano’ se ha vuelto a retomar. Hay buenas perspectivas de los inversionistas extranjeros que han vuelto a poner sus ojos en el país y ahora nos toca estar vigilantes de que se implementen correcta y exitosamente las legislaciones secundarias”, dijo.

¿Cómo avizoran el 2014 ya con una gran parte de las reformas aprobadas?

Desde finales del año pasado se respira un ambiente positivo. Teníamos varios años en un impasse con estas reformas estructurales, pero afortunadamente se lograron en 2013. Si bien no todas terminaron por ser lo que nos hubiera gustado en el IMEF, hay algunas como la energética que sí van alineadas a lo deseable, a la que va cumplir el propósito de ampliar el potencial de crecimiento económico, de generar empleos formales y de abrir una cantidad importante de inversiones. El primer paso está dado, por lo que vemos un escenario para 2014 positivo, mejor que el año anterior.

Ahora falta la legislación secundaria, es un elemento importante para dar certeza y generar confianza, ¿no?

Desde luego. Hemos dado el primer paso, pero falta mucho por hacer. Ahora tenemos que estar muy vigilantes, por lo menos en el IMEF tenemos claro que el aterrizar la promulgación de estas reformas en las leyes secundarias, en los reglamentos, en las misceláneas, va a requerir ser muy cuidadosos. El éxito de las reformas descansa en la eficiencia que tengamos como sociedad para aterrizarlas con leyes secundarias que se den en tiempo y forma. México ya no puede postergar ni darse el lujo de perder el tiempo, así que hay que empujar estos requerimientos para propiciar las inversiones, generar competencia y atraer el capital externo. Esto nos va a ayudar a crear empleos.

Comentó que no todas las reformas fueron como las esperaban, una de ellas debe ser la hacendaria, ¿qué sensación les deja lo que se aprobó?

Definitivamente nosotros esperábamos otra reforma porque pensamos que había el ambiente propicio para lograr esos pendientes que tenemos como la ampliación de la base gravable. Venimos arrastrando un indicador donde México sólo recauda 9-10% del PIB, así que esperamos que se abra una venta el próximo año o en 2015 para discutir nuevamente sobre la reforma hacendaria deseable. Sentimos que desaprovechamos una oportunidad, pero creemos que esta reforma va ser contrapuesta con las otras que sí fueron en línea para el crecimiento económico y para propiciar una mayor competencia. Creíamos que a México ya no le quedaban muchos años y que tenía que romper esos paradigmas, así que esperamos que pronto se den nuevamente las condiciones para abrir el tema.

¿Revivió el llamado “momento mexicano” con las reformas?

Sentimos que el “momento mexicano” se retoma. Veo a una comunidad extranjera de inversionistas que nos empiezan a ver nuevamente porque rompimos con paradigmas y estamos en la jugada global. Es un hecho que este 2013 es un parteaguas para el país. Es cierto, no fue un buen año económico, pero podemos decir que fue un año muy bueno en términos de una visión de largo plazo porque sentamos las bases, los cimientos para el futuro del país y eso la sociedad lo verá a finales de este año o principios de 2015.

¿Pero ahora sí llegó para quedarse este “momento mexicano”, no vaya resultar como a principios de 2013 que se fue diluyendo?

Queremos que así sea. Es prematuro decir que ahora sí es de a de veras, pero por lo menos haber logrado cambiar esa percepción que tenían del país desde luego ayudará al ánimo y al índice de confianza del consumidor. Para decir que es definitivo dependerá de cómo realmente estas iniciativas se aterrizan de tal forma que venga esa tecnología, ese conocimiento, esa inversión, para que México realmente empiece a pensar que este cambio va en serio.

¿Para finales del sexenio alcanzaremos ese anhelado 5-6%?

Esa es nuestra signatura pendiente, el crecimiento económico. Queremos ver que México crezca a esas tasas de 5%, de 6%. Yo creo que es posible para finales del sexenio, porque las bases están puestas y ayuda mucho que el gobierno sea optimista. Para este 2014 el crecimiento pensamos que será de hasta 3.5% y con una generación de 600 mil empleos; esto aún es corto, pero creo que en adelante veremos tasas más altas y sostenibles.

El tema del déficit ¿les preocupa?

Mientras sea transitorio, coyuntural y corregible no habrá problema, lo que sí es que no estamos muy a gusto con esos déficit que permanecen a través de los años, porque entonces sí puede ser muy peligroso para el país.

Como nuevo presidente del IMEF, ¿cuáles son sus propósitos y desafíos que tendrá a lo largo del año que inicia?

Es una gran responsabilidad este cargo. No queremos sentir que ya todo está bien y echar las campanas al vuelo. Podríamos pensar que lo difícil ya pasó, pero no, de hecho viene lo más difícil que es aterrizar las reformas estructurales en leyes secundarias, por lo que estaremos vigilantes que éstas sigan alineadas con las políticas públicas y vayan en el camino correcto. Nosotros vamos a ser respetuosos con las autoridades, el sector empresarial y gobernadores para decir las cosas de una forma muy objetiva. Al final lo importante es perseguir el fin de un México próspero que brinde un mejor nivel de vida de los mexicanos y que se vea reflejado en los bolsillos de cada uno.