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Nuestro país enfrenta en mejores condiciones 2014, porque además de que la crisis no le afectó tanto como a Europa, “la colección de reformas” generó grandes expectativas de que se terminará con los retrasos de 20, 30 y 40 años que tenía el país en niveles de bienestar, equidad y desigualdad, dijo el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), José Ángel Gurría Treviño.

Para sacar provecho de las reformas, los poderes fácticos tendrán que cambiar de mentalidad y sumarse a las decisiones, aseguró, en entrevista con EL UNIVERSAL. Gurría dijo que habrá mejores resultados mientras más reformas se hagan, se implementen y ejecuten.

Con las reformas, anualmente, tendremos un nivel mínimo de crecimiento económico, con lo que será fácilmente alcanzable un 3.8% en 2014, aunque el reto será mantener una tasa de 4% o más para los siguientes años, dijo.

Afirmó que México está siendo noticia por la capacidad política y el liderazgo tanto de su gobierno, como de los partidos políticos, Congreso y sociedad en general.

El año pasado dijo que estábamos muy “atrasados” por falta de reformas. Ya las hicimos. ¿Seguimos atrasados?

Hay que reconocer que el paquete de reformas es impresionante, cada una de las reformas hubiera sido motivo para felicitar y celebrar. El hecho de que todas juntas constituyan este impresionante paquete es motivo de gran esperanza respecto del futuro del mediano y largo plazos del país en lo que se refiere a su transformación y potencial, al aumento de su productividad y aspectos de competitividad.

Una reforma vale uno, dos valen tres, tres reformas valen 10 y cuatro reformas valen 25. El efecto es acumulado.

Ya hicimos las reformas. Sí, ya las legislamos y aprobamos. Pero algunas requieren leyes secundarias. Hay que terminar. Segundo, todas requieren implementación y ejecución; puesta en práctica. Esa es la ‘prueba de ácido’ de si esto va a funcionar. La impresionante colección de reformas ha generado enormes expectativas, pero como dicen: el diablo está en los detalles.

Ahora transformemos no sólo los cambios constitucionales, legales, leyes secundarias en reglamentos, códigos, sino también hay que transformar la mentalidad con la que abordamos el tema de los cambios.

¿Se necesitan reformas continuas?

Se trata de siempre estar abiertos y siempre estar revisando si las reformas requieren ajustes o complemento de otras reformas, sin que uno diga esta es como la ‘temporada de cacería’. Se abre la temporada de las reformas y luego se cierra la temporada de las reformas y mientras trabajamos mucho y luego ya no.

Aunque hay tiempos políticos y esos típicamente se recomiendan hacia el principio de las administraciones, es importante que esa creación del Pacto y de los consensos necesarios para aprobar las leyes se mantenga desde el punto de vista de la apertura para considerar reformas nuevas.

¿Cuáles son las reformas que siguen pendientes?

Yo habría propuesto la del campo, pero antes del campo está el tema de justicia. La reforma de modernización, puesta al día del sistema de justicia y no del sistema judicial, del sistema de justicia, de manera amplia, que es fundamental, es algo que se puede fortalecer.

El presidente el 6 de enero dijo que la siguiente frontera de cambio es el campo, se me adelantó.

El mundo entero está con la atención fija en México y no sólo por el contenido de las reformas individuales, sino por el hecho de haber sido posibles aprobar las reformas que estaban pendientes.

Se fija la vista en México para ver cómo le hicieron. Yo quiero de eso. “Dónde compro la crema que se ponen”. Eso implica que México está siendo noticia en términos de la capacidad política, de su liderazgo, de su gobierno, en los partidos políticos, del Congreso de la sociedad en general.

Somos noticia otra vez. ¿Con el regreso del PRI al gobierno lo fuimos también?

No es lo mismo decir ya regresó el PRI nuevamente y eso es noticia. En todas partes del mundo cambian los gobiernos, el problema es: ¿Y qué?

Lo que se dice es que en México teníamos atrasos de 20, 30 y 40 años en estos tipos de leyes, en estas áreas y en estos temas y de repente llega un gobierno de jóvenes competentes en la parte técnica y de méritos encabezados por un hombre joven y con experiencia política que logra generar consensos que permiten no sólo cambios legales, sino hasta constitucionales, y eso pone a México en otra ‘dimensión’, en otra ‘órbita’ ante la opinión pública y permite que se le vea en otro ‘espejo’, y no sólo con los conflictos, con cifras de muertos y cosas de esas.

El problema (de inseguridad) lo seguimos arrastrando. Ese problema no es que se resuelva de un día para otro. En eso se está trabajando, se está avanzando, pero no fue nunca lo único que pasada en México como de repente parecía. Ahora lo que está sucediendo por lo excepcional de lo que se logró aquí es que se están fijando en México por otras razones mucho mejores, más positivas.

El año pasado dijo que México no va a cambiar sin avances en educación. ¿Ya lo logramos?

No, porque legislar no es suficiente, es una condición necesaria. Y después, la ley secundaria es una condición necesaria. La regulación, código y normas, son necesarias, pero no suficientes. Estamos hablando de un cambio de mentalidad, y los cambios de mentalidad no se dan de un día para otro. Hablamos de que se vayan convenciendo los grandes jugadores, los protagonistas de estos proceso y que los poderes fácticos que se ven afectados por estas decisiones entiendan que hay que sumarse al cambio.

¿En cuántos años veremos que las reformas generan resultados?

Hablamos de reformas diferentes, la de competencia es distinta a la laboral, financiera, fiscal o energética.

El hecho de que se hayan aprobado las leyes ha producido que aumente la confianza de los mercados; se están fijando en lo que pasa en México, agentes financieros e inversionistas, pero además ese beneficio que se le da al Estado mexicano por haber hecho estos cambios se le transmite por la vía del crédito y acceso a los mercados para el sector privado.

En México había muchos créditos, inversiones y decisiones de negocios que se diferían en alguna forma porque el riesgo país no era suficientemente bajo; esas decisiones lo que hacen es reducir el riesgo país y la incertidumbre respeto a ciertas políticas y sectores, aumentando la certidumbre jurídica y la posibilidad de que los inversionistas tomen decisiones sobre una base firme.

Cómo secretario de Hacienda usted presentó una reforma hacendaria. ¿La que se presentó es similar en el detalle a lo que usted hubiera planteado?

No, porque la que yo presenté y la que luego presentó el PAN era casi idéntica cuando ganó la elección y que luego rechazó el PRI. Era menos ambiciosa porque tenía elementos de ingreso, IVA, de impuestos sobre la renta (ISR).

Esta reforma tiene serias implicaciones sobre el nivel de bienestar y la equidad y tiene implicaciones importantes sobre la reversión de una situación de desigualdades crecientes en el país, porque le da la capacidad al Estado mexicano de poder invertir en educación, salud, alcantarillado, agua, infraestructura para mejorar las condiciones de los más vulnerables. En este momento por falta de ingresos fiscales el país es de los que tienen el presupuesto más chiquito de toda la OCDE.

La reforma plantea que hasta el 2018 aumentaremos los niveles de recaudación en 2.5 puntos porcentuales...

Sí, pero el año que viene tendremos uno por ciento más y caminaremos para allá. Insisto, a las reformas y resultados hay que darles 12, 28, 24 o 36 meses para que empiecen a tener plenos resultados. Pero el hecho de que las cosas tomen tiempo no quiere decir que uno las difiera y no quiere decir que las difiera uno porque más tiempo tomarán.

Apenas vamos a conseguir las leyes secundarias en 2014. Aquí no hay magia.

¿Tampoco se redujo la dependencia de los ingresos petroleros con la reforma?

Gradualmente se irá bajando la dependencia del petróleo. Hay que generar un estatus, situación, estado de ánimo, cultura de reforma para ir revisando constantemente lo que ya se hizo y lo que falta por hacer y estarlo abordando de manera natural, que no sea un trauma, que no sea solamente cosa noticiosa

¿Considera que le faltó algo a la Reforma Hacendaria?

En todas las reformas se puede decir qué le faltó o qué hubiéramos querido ver adicional. En todos los casos te diré que no es el fin de la historia. Hay unas realidades. Independientemente de este logro, había que negociar con los partidos de oposición y dentro del propio partido del gobierno y con el gobierno. Porque hoy los gobernantes son gobernantes de todos los mexicanos. El mismo gobierno tiene que negociar con su propio partido.

¿Fue suficiente lo que se hizo con la Reforma Energética?

Se fue tan lejos como lo permitieron los debates en los partidos, en ningún caso las reformas a negociar para legislar van tan lejos como hubiera querido una de las partes ni se quedan cortas como hubieran querido otras. Con estos cambios se sientan las bases del 2050 y son de un alcance intergeneracional.

En mi concepto un cálculo fino, pero la ley de competencia o las modificaciones que se hagan o una futura ley de competencia que se emita tienen en conjunto un potencial de beneficio económico en el tiempo mayor que el de la Reforma Energética, porque el de la energía es un sector. Pero más competencia, flexibilización en el mercado laboral tienen consecuencias en todos los sectores, en áreas e impacto en la economía general más que proyectos específicos que serán muy espectaculares como inversiones de 200 o mil millones de dólares.

Pero el efecto es tener más oferta, calidad, precios y tener una autoridad que cuide que esto suceda en la realidad.

¿Faltó el tema de transparencia a estados y municipios?

Sí, también quedó fuera el tema alimentos y medicinas, cosas que habíamos estado propuesto desde hace tiempo. Se hizo una reforma más allá de la fiscal, más ambiciosa, más importante, con más instrumentos, pero al mismo tiempo, esto no termina. Hay una importante consecuencia, hay tiempos para que estas cosas pasen y se vayan ajustando.

¿Podría considerarse subir IVA a alimentos y medicinas?

Puede pensarse cualquier cosa que objetivamente, basada en estimaciones neutrales, objetivas, serias y profesionales, sea en interés de México. Habrá que explicarlo, traducirlo, educar a los legisladores, a los mismos de ahora o a los nuevos, cuando esto suceda, cuando tenga lugar.

¿Somos otro México?

Yo creo que no hay que exagerar, pero lo que podemos hacer es que sea un México mejor. ¿Y en qué consiste en que sea mejor?: simple y sencillamente en que podamos ofrecer a los mexicanos de hoy mejores oportunidades y un futuro más prometedor.

Estamos frente a una responsabilidad de tipo intergeneracional. Tendrán impacto en 1, 2, 3, 4 o 5 años, pero van a modificar el México de nuestros hijos y de eso se trataba, pero para entonces ya habrán tenido lugar muchas reformas que se habrán recomendado y que serán urgentes.

¿Nos darán las reformas “combustible” para crecer a más de 4% anual?

Para empezar tenemos que mantener el 4%, porque el año pasado crecimos 1.2 o 1.3, y si este año crecemos a 4% tendremos un promedio de dos, pero llevamos un promedio por años de 2%, porque luego se nos cae el crecimiento. El chiste es que no se nos caiga. México no tiene que crecer a 7%, pero sí tiene que mantener 4 o 5% durante 20 años. Al 2% crece la población.

¿Cómo mantener el crecimiento?

Las recetas son las reformas. Sin estas reformas nos hubiéramos topado con un límite de crecimiento. Ahora vamos a tener que trabajar con mucho cuidado en los detalles para cuidar lo constitucional, político, jurídico, para tomar en consideración tipos de contratos, acuerdos que se hagan con nacionales o extranjeros y aquellos requisitos para atraer inversiones y que permanezcan.