Los inversionistas se preguntan si uno de los actos finales de Ben Bernanke como titular de la Reserva Federal será anunciar la finalización de la compra de bonos por parte del Banco Central. Las compras han tenido el propósito de mantener bajas las tasas de préstamos a largo plazo para estimular el crecimiento económico.

Pero la mayoría de los economistas cree que cuando la reunión de la Reserva Federal concluya el miércoles anunciará que mantiene su ritmo de compras mensuales de bonos por 85 mil millones de dólares pese a una baja del desempleo al 7 % y otros indicios de mejoras económicas.

Otro factor en la vacilación del Banco Central para reducir su estímulo es que la inflación sigue en un nivel históricamente bajo. La tasa óptima de la Reserva es del 2 %. En los doce meses que concluyeron en octubre, la inflación al consumidor según el índice preferencial de la Reserva es de apenas 0,7 %, bien por debajo de aquel objetivo. La Reserva se preocupa tanto de subestimar como sobrestimar la inflación, por considera que ambas atentan contra la economía.

El miércoles, Bernanke también ofrecerá su última conferencia de prensa trimestral. Su segundo período de cuatro años al frente del banco central concluye el 31 de enero, cuando probablemente le sucederá su vicepresidenta Janet Yellen. Se anticipa que el Senado aprobará la candidatura de Yellen esta semana.

Los analistas creen que la Reserva empezará a cortar sus compras de bonos en una de sus próximas dos reuniones, en enero o en marzo.

La decisión conlleva un impacto considerable para individuos, negocios y mercados financieros mundiales. La cancelación de la venta de bonos probablemente hará subir las tasas de interés de largo plazo y bajar los precios de acciones y bonos.

El hecho de que la Reserva considere siquiera reducir su estímulo evidencia la mejora de la economía.

tcm