julian.sanchez@eluniversal.com.mx

El incremento al salario mínimo nacerá muerto al ser rebasado por incrementos a productos básicos, transporte y gasolina, entre otros, por lo que se requiere un cambio de estrategia para fijar estos.

Algunos de los cambios que se pueden considerar es la desaparición de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CNSM), que estos dejen de ser el parámetro para fijar conceptos como multas y establecer una sola zona económica, planteó Fernando Salgado Delgado, secretario de Acción Política de la CTM y secretario de la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados.

En entrevista, Salgado Delgado señaló que el sector obrero en la CNSM demanda el 10% de incremento, pero reconoció que será difícil alcanzar una negociación con ese porcentaje.

Señaló como ejemplo que si la inflación aumentó tres puntos, al mínimo le aumentan 3.9 y se puede decir que se avanzó, pero en un gasolinazo se va ese incremento, por lo que insistió en que se requieren de nuevas estrategias para tener un salario mayor.

“Realmente el incremento al salario mínimo nunca vive porque, por ejemplo, si a un refresco en una presentación de 600 mililitros se les va a aumentar 80 centavos pues en una semana te tomaste el aumento”.

“Es insuficiente, tenemos que plantear en este marco democratizar la productividad, tenemos que ver si un trabajador es más productivo, más puntual, si sus tareas las hace mejor, si está más capacitado. Esa es la forma como se puede ganar más. Entonces si esta estrategia que surgió con los pactos en 1987 ya no funciona y si se ha comprobado que no se recupera el salario, para que seguir”.

Insistió en que se debe tener cuidado con los incrementos, asunto en el cual la Profeco debe actuar, pues es común que con el incremento a los salarios mínimos y generales, hay quienes aprovechan para aumentar sin control los productos.

Por otro lado, resaltó la importancia de que los trabajadores cuiden el destino de sus aguinaldos, los cuales subrayó, en muchos casos se desvanecen en unos días porque muchos asalariados los ocupan para pagar deudas o servicios y son pocos los que los aprovechan, por ejemplo, irse de vacaciones o adquirir artículos de primera necesidad.