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Con la presentación del paquete económico 2014 y la propuesta de Reforma Hacendaria y de Seguridad Social que hiciera el presidente Enrique Peña Nieto la tarde del 8 de septiembre, se inicia uno de los episodios más destacados de la vida económica del país, ya que como hemos reiteradamente expuesto, la EPN 012 es la más importante de todas las que se han presentado y aprobado y las que faltan, ello porque es claro que ninguna de las demás podrá ser viable financieramente si no se tienen los recursos necesarios para su sustento.

Es importante señalar que esta reforma y el paquete económico incluyen una iniciativa de reforma constitucional a los artículos 4 (sobre seguridad social) y 123 (sobre el seguro de desempleo), la propuesta de creación de cuatro leyes (Nueva de ISR, Sobre el Seguro de Desempleo, entre otras), la abrogación de dos leyes existentes (del IETU y del IDE) y modificaciones a 17 ordenamientos legales; así como la Ley de Ingresos, el Presupuesto de Egresos y los Criterios Generales de Política Económica para 2014, se presentan en un momento crítico para el país. Todo esto es una manzana nada fácil de digerir, se requerirá de porcionarla para poder tragarla.

Lejos de mejorar, las condición actual de la economía mexicana se está deteriorando, ello se refleja en los severos recortes en las expectativas de crecimiento para este año, algunos analistas las han colocado incluso por debajo del 1% y el propio gobierno federal estima un crecimiento de apenas 1.8%, por lo que prevé que se reducirán los ingresos tributarios. Ante ello se ha incluido en el paquete presentado el Programa de Aceleración Económica, el cual consiste en incurrir este año en un déficit de 0.4% del PIB y en 2014 un 1.5%, sin inversión de Pemex, con el fin de incrementar el potencial de crecimiento de la economía mexicana lo antes posible y apoyar el empleo. Es de señalar que la ampliación de déficit abre el camino hacia medidas anticíclicas. Para este año, según lo dicho por el Presidente, el programa sólo contempla compensar la previsible reducción de ingresos por efectos de la caída en el crecimiento, unos 65.5 miles de millones de pesos, sería hasta el 2014 cuando se dé una inyección de recursos adicionales, esperemos que no sea para seguir manteniendo a la burocracia que de por si ya nos cuesta bastante, lo que sí impulsaría el crecimiento de manera más decidida.

Ahora bien, la Reforma Hacendaría tiene un alto contenido social y no sólo por que venga acompañada por la iniciativa del Sistema de Seguridad Social Universal, el cual merece un análisis aparte, sino porque se ha cuidado de no afectar a las clases menos favorecidas. Un caso destacado es que después de tantas discusiones, no se incluyó la posibilidad de generalizar el pago del IVA en los alimentos y las medicinas, lo que queda para reconsiderarlo en el 2016, argumentando que las clases más pobres gastan un alto porcentaje de su ingreso en alimentos. Sin embargo, se propone un impuesto a las bebidas azucaradas para desincentivar el consumo de estos productos porque se argumenta que tienen una afectación a la salud, lo que conlleva un gasto mayor en salud pública. No obstante, en las zonas más pobres, la leche no llega a donde los refrescos sí, lo que los convierten en su única fuente de energía calórica.

La reforma presentada es de amplio espectro y está basada en seis ejes fundamentales: 1) fortalecer la capacidad financiera del estado mexicano; 2) mejorar la equidad del sistema tributario, al fomentar una mayor progresividad en el pago de impuestos; 3) facilitar el cumplimiento de las obligaciones tributarias, para reducir la carga que las personas físicas y morales enfrentan al realizar estas tareas; 4) promover la formalidad, reduciendo las barreras de acceso y ampliando los servicios de seguridad social; 5) apuntalar el federalismo fiscal, al incentivar la recaudación de impuestos locales y mejorar la coordinación del ejercicio del gasto; y 6) fortalecer a Pemex al dotarlo de un régimen fiscal más moderno y eficiente.

De estos ejes destacan la reducción de privilegios y excepciones, en particular los regímenes especiales, y la consolidación fiscal, obviamente es de esperarse que se hagan señalamientos al respecto por parte de los hasta ahora privilegiados, esperemos que los legisladores no sucumban ante el fuerte trabajo de cabildeo que enfrentarán. De igual forma se anuncia una simplificación en el pago de impuestos al eliminar el IETU y el IDE. Se crean impuestos a las ganancias en la BMV, y se incrementa el ISR a 32% para los estratos de ingresos más altos, se elimina el subsidio a la gasolina, entre otros, medidas que como indicamos son difíciles de digerir. Así en palabras del Presidente, la reforma busca ser justa y altamente progresiva, que paguen más lo que más tienen, lo que no dice es que seguiremos pagando los mismos, ya que no se amplía la base de contribuyentes, al menos por un tiempo, en lo que se formaliza a empresas y empresarios y se les obliga a pagar.

* Experto de Consultores Internacionales