Política de Estado para un turismo del futuro

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El turismo se ha convertido en uno de los sectores más importantes tanto en el empleo como en la economía nacional. Así mismo, en algunas regiones, sobre todo las más agraciadas por su situación geográfica y por la existencia de atractivos naturales como lo son las playas de gran belleza, se ha consolidado como un motor —en muchos casos el único— del desarrollo económico y social por los alcances que tiene el gasto que realizan los visitantes.
Mas no todo es sol y playa, ya que a lo largo y ancho del territorio nacional, existen otros atractivos que con el crecimiento social se han desarrollado en el curso de nuestra historia, como lo son los ahora llamados “Pueblos Mágicos”, las zonas arqueológicas que se siguen descubriendo, las formaciones rocosas y otras maravillas naturales.
Sin embargo, debemos reconocer que este conjunto de maravillas naturales que nos han dado el posicionamiento como uno de los 10 principales receptores de visitantes extranjeros, ha dejado de representar una fuente segura de divisas. Lo anterior, porque de alguna manera han pedido atractivo y competitividad frente a los nuevos y mejor integrados productos y servicios turísticos que se han desarrollado en otros países. Los números son evidentes, el gasto y la estancia promedio de los visitantes se ha estancado, como lo comentábamos, hemos perdido lugares en el ranking mundial como receptores de divisas y nuestro turismo se concentra en pocos destinos y zonas turísticas.
Todo esto es resultado de un enorme descuido en la atención a las tendencias globales que están condicionando al desarrollo de la demanda turística, es decir, las nuevas necesidades que las generaciones modernas buscan satisfacer en lo relativo a esparcimiento y descanso. Un ejemplo contundente, es la baja inversión que se ha tenido para modernizar la infraestructura de conectividad hacia los destinos turísticos.
El Foro Económico Mundial en su más reciente reporte sobre Competitividad en Turismo 2012-2013, donde se evaluaron 140 países, destaca que México ocupa el lugar 61 en infraestructura turística, 69 en caminos, 49 en terminales áreas, 64 en infraestructura portuaria y 78 en infraestructura para tecnologías de información, números que señalan nuestro atraso.
No obstante, nuestro país aún está en su momento. La nueva administración federal ha planteado que el sector turismo representa el futuro del país. Se ha establecido el compromiso de hacer del turismo esa palanca y motor de crecimiento y de desarrollo. Tomémosle la palabra.
Lo importante es saber hacia dónde dirigir los esfuerzos conjuntos. Para ello, debemos tener claro cuáles son las nuevas necesidades de los turistas. Las más importantes son el desarrollo de infraestructura física que se adapte a los medios de transporte de gran capacidad (aeronaves y cruceros); los incentivos fiscales al turista como lo es devolución automática de impuestos al consumo, práctica ya implementada en diferentes países para fomentar un mayor gasto y, los temas de simplicidad para el visado, entre otras. También el desarrollo del “Servicio a la carta”, es decir, programas y actividades adecuadas a la edad, gustos y capacidades del turista. El uso intensivo de redes sociales para promocionar y ofertar productos y servicios, debido a que funcionan como “promoción de boca en boca”, permiten un mayor grado de confianza para el potencial visitante. Servicios médicos en los recorridos, ello ante la creciente preocupación en cuanto a salud e higiene, de los turistas. Estos son sólo unos cuantos ejemplos de las necesidades a satisfacer para incrementar el atractivo del país.
Pero también es importante reconocer y asimilar que los países que nos están “ganando el mandado”, han identificado las nuevas modalidades de turismo y han creado los servicios y productos de alto valor agregado que se requieren, nosotros no lo hemos llevado a cabo.
Debe quedar claro que para consolidarnos como potencia turística es necesario que construyamos una Política de Estado integral, en la que participen todos los actores involucrados.
El Plan Nacional de Desarrollo establece como objetivo fundamental el aprovechar el potencial turístico de México para generar una mayor derrama económica para el país; beneficiarse del crecimiento del sector turístico a nivel mundial; y, mejorar la oferta de servicios y productos turísticos.
Para ello, es necesario que construyamos un marco normativo holístico donde se incluya la reforma hacendaria, el plan nacional en infraestructura y la política financiera y; que desarrollemos la infraestructura humana y de cultura de servicio entre los profesionales del sector a través de cursos y programas de capacitación y especialización en el sector.
* Presidente de Consultores Internacionales, S.C.





