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Para los pequeños comerciantes un nuevo impuesto al refresco impactará de manera directa sus ventas totales en 70%, pues este producto es su principal “gancho” de su inventario.

Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional del Pequeño Comerciante (Anpec), rechazó el impuesto a las bebidas azucaradas de 1 peso por litro que propone la iniciativa de reforma hacendaria presentada por el Ejecutivo. “La propuesta que ha hecho de focalizar una carga fiscal, satanizando un producto, es una política fiscal equivocada y más aún, es equivocada al tratarla de ligar con el tema de la obesidad”, dijo.

Advirtió que este gravamen es un foco amarillo para el gobierno, ya que la caída de la venta del refresco pondría al borde de la quiebra y obligaría a cerrar alrededor de 750 mil puntos de venta en todo el país, dejando sin trabajo a millones de familias.

Como ola de rechazo popular a esta política fiscal, se firmaron poco más de un millón 200 mil cartas por los propietarios de los pequeños comercios.

Las cartas fueron entregadas al Poder Legislativo, y en los próximos días se le entregará un escrito único al Presidente de la República para que analice su política tributaria en este sentido.

EL UNIVERSAL tuvo acceso a una carta de Raymundo Peralta, propietario de Dulces Kary, en la que se manifiesta: ¡No a un impuesto que pagarán los pobres! ¡No queremos más desempleo! En su contenido, dirigido al Congreso de la Unión se manifiesta: “Hemos escuchado y oido de la intención de un grupo de personas y asociaciones para que se establezca un impuesto especial y adicional a los refrescos, por lo que expresamos nuestro total rechazo a un impuesto en cualquiera de nuestros productos que conforman la canasta básica”.