Sus padres probablemente luchaban y ahorraban para educar un pequeño ejército de niños con un único salario mensual, pero ahora un creciente número de parejas mexicanas de altos ingresos prefiere empujar su carro de compras en una lujosa tienda por departamentos que un coche para pasear a hijos.

Se trata de parejas jóvenes, sin hijos, con altos ingresos y en las que ambos trabajan, conocidos como “Dinks” (siglas en inglés de Double Income, No Kids -doble sueldo, no niños-), que han crecido en México y casi se duplican desde 2005.

Estas parejas impulsan un creciente mercado de bienes de lujo. Este tipo de parejas, que apenas rebasan el millón en México, es una mina de oro para importantes marcas y sus hábitos apuntalan la demanda de bienes y servicios.

Sandra Rodarte, una organizadora de eventos de 27 años que adora bebidas finas y artículos de la marca Apple, gasta al menos 10 mil pesos (780 dólares) al mes en productos no esenciales, como viajes anuales de compras a Estados Unidos.

Ella y su pareja no planean formar una familia, explicó, mientras almorzaba en el exclusivo centro comercial Antara de la capital.

Existen pocos datos sobre cuánto gastan los “Dinks” en México, pero un estudio de 2008 de la consultora De la Riva Group encontró que cada una de estas parejas desembolsa 165 mil pesos (12 mil 900 dólares) al año, en salidas al cine, comer en restaurantes y visitas a bares.

Los “Dinks”, un concepto nacido en los 80, es en México una pequeña parte de la población, según proyecciones que sugieren que a finales de 2012 este tipo de parejas representaba 3.4% de los hogares. Analistas piensan que el número crecerá e impulsan cambios sociales como mayor educación entre mujeres y una caída en la tasa de natalidad.

A diferencia de Europa, donde la tasa de natalidad es baja -1.6 hijos-, las parejas “Dinks” mexicanas sólo posponen la llegada del primer niño. Un ejemplo es Tatiana Romero, especialista de una firma antipiratería de software, de 27 años. Ella y su novio desembolsan al mes entre 10 mil y 11 mil pesos en gastos no son esenciales, como pagar 2 mil pesos por una “buena comida”. Romero, espera tener hijos a los 33 años.

Sin embargo, también hay quienes ven inconvenientes potenciales en la solvencia financiera de los “Dinks”. “Ellos están gastando más de lo que pueden pagar”, dijo Claudia D’Arpizio, socia de Bain & Co, quien describe al grupo como jóvenes que si bien perciben altos ingresos, no son ricos.