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La economía mundial una vez más se encuentra en jaque ante la espera de que en Estados Unidos se llegue a un acuerdo presupuestal para el año entrante y el aumento del techo de su deuda. Hasta ahora la falta de acuerdos en el Congreso de ese país, ha mandado de licencia, sin salario, a 800 mil empleados federales, pero el impacto en el fracaso de elevar el techo de la deuda es de escala mundial.

Los republicanos han puesto de manifiesto, una vez más, su rechazo a la administración del presidente Obama y de lo que representa, por su intransigencia en la deliberación del presupuesto. Aprovechando su mayoría en la Cámara Baja, el “secuestro” del presupuesto se ha traducido a partir del primero de octubre en el cierre de parques nacionales; en el freno a proyectos de inversión en áreas sustantivas; cancelación de viajes de negocios del Ejecutivo, con los consecuentes efectos nocivos en el consumo interno y externo del vecino país del norte.

Hasta ahora, en ese país, a través de medidas extraordinarias se ha podido acceder a fondos adicionales sin rebasar el límite de la deuda. Empero estas medidas se agotarán a más tardar el próximo 17 de octubre. El gobierno a esa fecha contará con sólo 30 mil millones de dólares, agotándose así, los fondos y la capacidad de endeudamiento completamente al final del mes. Por la división que priva en ambos partidos, es poco probable una pronta salida del “cierre del gobierno”, pero un posible “default” de pagos, sería algo no visto en EU en dos siglos, con severas consecuencias a nivel mundial.

En el corto plazo, los efectos económicos para EU de esta parálisis gubernamental, no serían tan drásticas, alrededor de 0.5% del Producto Interno Bruto en el cuarto trimestre del año, sobre todo por la retracción en el consumo que se derivaría de los trabajadores federales. Lo que sí, es que la proyección de crecimiento de 1.7% para esta economía en 2013 tendría que ser revisada a la baja. Asimismo, de acuerdo a la economista gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), la turbulencia generada por esta incertidumbre restaría a las grandes economías emergentes un rango de entre medio punto porcentual a 1% en la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto.

Sin embargo, el Departamento del Tesoro de EU ha advertido que un “default” sobre la deuda podría crear una crisis peor a la de 2008, y sería una catástrofe para la economía mundial. El riesgo para México, por la estrecha vinculación económica con EU es grande, al punto que cambiaría totalmente el escenario financiero/económico.

El techo de la deuda está actualmente en 16.7 billones de dólares y al cierre de este año, la estimación ubica a los pasivos en 17.249 billones de dólares, equivalentes a 107% del PIB, su nivel más elevado desde 1947. En un contexto de quebranto, el crédito se congelaría, el dólar se devaluaría y las tasas de interés podrían elevarse estrepitosamente. Esto llevaría a una crisis financiera y a una recesión peor a la vivida en 2008 y 2009.

Durante 2012, Standard and Poor’s (S&P) recortó la calificación de la deuda soberana a Estados Unidos de “AAA”, la máxima nota, a “AA+”, cuando Estados Unidos rozó el “default” por un bloqueo similar por el Congreso. Además de que este episodio creó secuelas en los mercados que se reflejaron en las caídas de los precios de las acciones y alzas en las tasas de interés.

Los días de licencia forzada de los empleados federales han hecho ya estragos en países con comercio intenso con Estados Unidos, como México, ya que, por ejemplo, los cruces aduanales están demorando el triple de tiempo de lo “usual”, que se suma al crecimiento muy bajo que experimenta la economía nacional y a las calamidades ocurridas por los efectos meteorológicos en días pasados.

Sin duda, esta coyuntura exige un plan anticíclico para la economía mexicana, ante un menor crecimiento esperado en las exportaciones que han sido motores de la economía nacional.

*Es coordinadora de la Maestría en Economía y Negocios y Directora del Instituto de Desarrollo Empresarial Anáhuac en la Universidad Anáhuac, México Norte.