Persona Pública Empresario al estilo mexicano
OPINIÓN. ¿Viste The Hangover (la película ¿Qué pasó ayer?)? Eso hacíamos en Las Vegas y más. Excepto lo del tigre, claroMarco Antonio Mestre, amigo de Carlos Peralta. (Foto: ILUSTRACIÓN BOLIGÁN )
marco.payan@eluniversal.com.mx
En el penthouse de su edificio en Paseo de la Reforma, logro ver una lámpara con la base de un medidor de luz, aviones de juguete, carritos de carreras y muchas fotos de su familia. “Vamos a Pastejé”, me dice. Obviamente acepto e inmediatamente presiona un botón de su escritorio y se abre, como película de espías de los 70, un librero que nos da paso a unas escaleras hacia el helipuerto, unos escalones más arriba. Sin más indicaciones lo abordamos y le dice al piloto: “A Pastejé”.
“Hoy si no tienes un MBA no puedes ser un CEO de una empresa exitosa”. Esta idea parece estar cincelada en la mente de los reclutadores (¿o debería decir headhunters?) que buscan a futuros ejecutivos de empresas. Éste no es el caso del ingeniero Carlos Peralta, principal dueño y director de IUSA, esa marca que hemos encontrado por décadas en la instalación eléctrica y de gas de nuestras casas. "El ingeniero", como le llaman sus empleados, ha roto varios paradigmas de las escuelas de negocios extranjeras. O quizá simplemente no las adoptó y prefirió un estilo más de vieja escuela. Quizá por la experiencia en las empresas, quizá por sus vivencias personales, quizá por la enseñanza de su padre. Esto fue lo que aprendí de un día con Carlos Peralta.
1. Adiós al MBA
Mientras platico con él en su oficina sobria, la de su propiedad en el Estado de México, en la recepción le espera un joven a quien le indica: “Ven mañana y di que vienes por lo del trabajo”. Punto. Así, sin más, contrata Carlos Peralta: por recomendación; por referencia. En la sala de juntas de su otra oficina, la de la Ciudad de México, el único reconocimiento académico que encuentro es un Honoris Causa que le cedió la New Port University en enero de 2000, una pequeña institución educativa de California. Su propio padre, que era ingeniero pero sin el título a falta de tesis, decía “es más importante un ingeniero sin tesis que una tesis sin ingeniero”.
Así que a la hora de contratar, pone atención a otras cosas más que a un título. “Siempre intento reducir al máximo los recortes”. Si es necesario, de una producción de dos turnos la convierte en tres para que menos personas se queden sin trabajo. Y siempre está buscando en qué emplear a sus más de 9 mil trabajadores para la empresa que contribuyó a la electrificación de México.
Al lado de Atlacomulco se encuentra Jocotitlán, el municipio donde está Pastejé, “el territoro IUSA”, porque lo que antes era una región árida sin mucho beneficio, Alejo Peralta, padre de Carlos, lo convirtió en un lugar para la industria y la innovación. Alejo, quien llegó a dirigir el Instituto Politécnico Nacional, comenzó empleando a quienes antes sembraban maíz para armar series de navidad y arbolitos artificiales en 1962. “Esos productos los tuvimos que quitar debido al contrabando de los productos chinos”. Hoy, se fabrican más de 6 mil productos distinto principalmente para las instalaciones eléctricas, de gas y de agua de los hogares, lo que sigue siendo el fuerte del grupo.
“Procuro contratar más mujeres; son más cumplidas, cuidan más su ingreso. Si se trata de un trabajo que pueda hacer una mujer, se lo doy a una mujer”, me dice con orgullo mientras visitamos la guardería que tienen ahí mismo para dar servicio a los hijos de los empleados.
Afuera de la propiedad también cuentan con una escuela, pero no es una escuela común. “Aquí tenemos otro sistema de educación. No hay vacaciones para los estudiantes, porque vimos que era contraproducente. Así que terminan la primaria en cuatro años. Muchos al salir ya tienen un empleo en la misma empresa”.
Para muchos jóvenes, el no tener actividad durante el verano hacía que se metieran en problemas, o bien, sus padres no tenían el tiempo para dedicárselos a ellos. Paradójicamente, si alguien sabía de travesuras era el mismo Carlos Peralta.
2. Combina negocios con placer
“¿Viste The Hangover (la película ¿Qué pasó ayer?)? Eso hacíamos en Las Vegas y más. Excepto lo del tigre, claro." Marco Antonio Mestre se refiere a las visitas que hacían al Consumer Electronic Show cada enero para mantenerse al día en cuanto a la tecnología. Eran los tiempos en que Carlos Peralta tenía la “necesidad” de visitar la ciudad del pecado para tener información fresca para Iusacell, la empresa telefónica que comenzó en 1989 por una idea propia. Era su hijo y quizá una manera de mostrarle a su padre que podía abrir nuevos negocios de manera tan grande como el mismo IUSA.
El valor de Iusacell aumentaba principalmente por la inversión que hacía en las torres celulares en el país. Cada una de ellas costaba cerca de un millón de dólares y en ese momento la empresa era de las pocas que las construía. Más tarde, para conseguir mayor inversión, decidió, a diferencia de IUSA, abrirse a la posibilidad de tener otros accionistas inversores. Años más tarde vendió gran parte de sus acciones hasta que en 2001 terminó por ceder el control de la empresa. Una de las ventas más fructíferas financieramente, pero que a él le dejó un mal sabor de boca, pues se trataba de un emprendimiento muy personal para él.
3. Siempre austero
Cuando cedió el control de Iusacell, “los gringos contrataron directivos muy bien pagados, a quienes les dio auto, casa, y vacaciones pagadas cada 15 días para desintoxicarse de la Ciudad de México. No entendían cómo hacer negocios en México”. Todavía al día de hoy, se le nota el coraje que le dio ceder el control de la empresa 12 años atrás. Una de sus reglas es ser austero siempre, por lo menos en los negocios.
“Al firmar la compra de las acciones que les daba el control les dije: ‘no van a durar mucho en el mercado mexicano’. Y así fue”.
El valor de la empresa, después de la venta de las acciones de Carlos Peralta, fueron cayendo paulatinamente, pues entre otras cosas, abrieron la señal de sus torres a otras compañías, lo que le había dado una posición ganadora. Solo quien conocía bien el negocio en México pudo preverlo.
4. Toca, juega y aprende
Para conocer muy bien un negocio, Carlos Peralta se ensucia las manos. Así como sucedió con la telefonía celular, y esos viajes “de investigación” a Las Vegas, se le metió a la cabeza conocer todo sobre la producción de tomates sin pesticidas. ¿Dónde pondría a prueba sus ideas? En Pastejé, que para entonces ya era el laboratorio para probar nuevos emprendimientos. Tenía el espacio para hacerlo y sería una manera de volver a los orígenes de quienes estaban allí antes de que se convirtieran en el productor más grande de tubería de cobre en el Continente Americano.
¿Su estrategia? Conocer personalmente la tecnología de punta para lograrlo. Así que se involucró en todo lo que tenía que saber. Viajó por todo el mundo para conocer la técnica adecuada para lograr cosechar tomates sin pesticidas en Pastejé. Años atrás ya lo había intentado sin éxito, pero en la Década de los dos mil la técnica ya estaba en otro nivel.
En 2004 comenzó la producción con su nueva empresa: Bionatura. Hoy cuenta con 80 hectáreas de invernaderos hidropónicos, donde produce 62 mil toneladas al año, de las que 80% es para venta en Estados Unidos.
“Somos uno de los productores más grandes del mundo por metro cuadrado. Sacamos aproximadamente 62 kilos por metro cuadrado al año”, me dice mientras desde su helicóptero personal vemos la propiedad.
5. No se sobrefinancia
“Mi padre me decía ‘nunca comprometas la materia prima’”. Debido a la caída del precio del cobre en 2008, el inventario de IUSA cayó de valor estrepitosamente, a tal grado que al siguiente año vendió su yate, con el nombre de “Princess Mariana”, como su esposa Mariana Tort. Aunque él dice que fueron otras razones por las que lo vendió. “Ya mis hijos no lo disfrutaban tanto porque tenían a sus hijos en la escuela, así que decidimos venderlo”. La embarcación tenía un valor de más de 150 millones de dólares.
Ahora compra el cobre al contado, con las mejores condiciones y sin poner en riesgo su negocio. Para muchos es parte de la vieja escuela de empresarios mexicanos, para Carlos Peralta es algo que nunca debió dejado de hacer. Un hecho por lo que extraña tanto a su padre. “Extraño su consejo. Si él hubiera estado esto no hubiera pasado”.
6. La familia es primero
Mientras me muestra algunas de las decenas de naves con las que cuenta en Pastejé, siempre se muestra entusiasmado por la línea de producción de los medidores de energía eléctrica, de la escuela, de la guardería. Incluso tienen una máquina que embolsa agua potable para el uso de sus empleados. Quien quiera puede tomar una e hidratarse o bien llevarse a su hogar. Todo el tiempo que estoy con él se muestra orgulloso de su empresa. Sólo en un momento se le quiebra el habla: cuando le pregunto por su padre.
“Mi padre y mi hermano murieron con 40 días de diferencia. Fue muy duro”. El año era 1997, y ya en 1983 había fallecido su hermano Ernesto en un accidente aéreo. Con su respuesta, pero más con su reacción, me quedó claro qué es lo que mueve a Carlos Peralta ahora. Que sus acciones sean un homenaje al legado de su padre y construir un legado propio para sus hijos.
Antes de subir al helicóptero de regreso a la Ciudad de México, se encuentra con su hijo Juan Carlos, quien le dice “que tengas un buen vuelo y lo besa en la mejilla”.
7. La empresa en su bolsa
Parece ser que a la menor provocación o aspiraciones de crecer, muchos ejecutivos caen por el canto de las sirenas de los accionistas en la bolsa de valores. Cierto, muchas empresas no hubieran podido crecer como lo han hecho gracias a este tipo de financiamiento, pero Industrias Unidas SA, que ahora está presente con sus exportaciones en India, Brasil y Arabia Saudita, no requiere de esas medidas. Actualmente tienen 18% de la producción de cobre en Estados Unidos. “Es mi empresa y no tengo que justificar mis decisiones ante un grupo de accionistas. Puedo tomar decisiones rápidas y se ejecutan inmediatamente”. Se trata de una ventaja que pocas trasnacionales pueden jactarse de tener.
Cuando hizo pública a Iusacell terminó cediendo el control de la empresa. Eso sí, en la venta hizo el negocio de su vida.
8. Al pie del cañón
A diferencia de tales accionistas, que muchas veces buscan solo comprar barato y vender caro sus acciones, Carlos Peralta visita su planta todos los días. “Sólo así te puedes asegurar de que las cosas sucedan”, me dice mientras nota que la línea de producción de los medidores de energía eléctrica está atrasada. En ese mismo momento va con el jefe de producción y se lo comenta. Un minuto después la producción vuelve a la normalidad.
“Así puedo saber qué es lo que pasa en la empresa y tomar mejores decisiones”. Cuando le pregunto si ha tomado alguna mala decisión contesta con cierta gracia: “Muchas. Alma de México fue una”.
La aerolínea solo duró un par de años, después del encarecimiento de la turbosina en 2008. “No debí entrar a un negocio que no conocía”.
9. La amistad es sagrada
“De lo que te puedo contar es que de chicos nos robábamos la gasolina para ponerle a nuestros autos”, me confiesa Jaime Camil Garza entre risas. En las noches, entraba junto con Carlos al taller de un amigo y le sacaban la gasolina a los automóviles que esperaban ser reparados. El combustible iba directamente a sus autos de lujo. “Pero eran viejitos, no eran del año”, me dice el ingeniero Carlos Peralta, mientras me muestra su propiedad en Pastejé, Estado de México.
Si hay algo muy mexicano es el valor que le damos a la amistad. Este es el caso de Carlos Peralta. Y es en la niñez y juventud donde se forjan muy buenas amistades. Así que no es raro que Jaime Camil y Raúl Salinas, con quienes convivía desde hace mucho tiempo, sigan siendo sus incondicionales.
No era raro que viajara con ellos a Acapulco y, entre broma y en serio, visitaban un restaurante del que Carlos Peralta era socio. Como no generaba ganancias, “se cobraba” con los cuadros del lugar. Además de no pagar la cuenta, dejaba las paredes vacías.
Mientras preguntaba justamente a sus amigos sobre sus andanzas de jóvenes, era poco lo que me podían contar on the record, pero me enteré de suficientes anécdotas como para saber que se trata de alguien inquieto, activo, y también, el que pone las condiciones para los festejos. Si la fiesta ya es parte de su ADN, también lo es de su agenda. Así como la comida de los lunes se la dedica a su familia, cada miércoles se reúne con sus amigos. “¿Algunos socios de negocios?”, le pregunto. “No, con mis amigos no hago negocios”.
10. Cercano al poder
Su propio padre decía que “A los amigos siempre se les es fiel”. Quizá con esa lógica, durante la detención de su amigo Raúl Salinas, el dueño de IUSA no dudó en levantar la mano y señalar que, del dinero por el que se detuvo al hermano del ex presidente, 50 millones de dólares eran suyos. El mismo Alejo Peralta solía tener entre sus amigos a Adolfo Ruiz Cortines, Gustavo Díaz Ordaz, Miguel Alemán, Luis Echevarría y José López Portillo, por mencionar a algunos.
Y para él, la amistad no tiene fronteras. “Tengo una relación de amistad muy estrecha (con Kuwait) porque ya con la reforma energética, la participación de países con gran experiencia en el petróleo y el gas será necesaria. En cuanto el sector energético permita la participación, como lo plantea el presidente Peña, con la tecnología de las empresas de medio Oriente, espero poder participar en alguna de las distintas oportunidades que se presenten”. Este es otro tipo de amistad con la que sí hace negocios.
11. No depende de un cliente
—¿Cómo es la relación con la Comisión Federal de Electricidad?
—Estrechísima. La CFE cumplió 76 años y IUSA cumplió 74 años, 74 años que ha sido proveedor de “la comisión”. Imagínate.
—¿No ha habido algún otro proveedor con el que haya coqueteado la CFE?
—Sí, claro. Desde 1939 le entregamos a CFE cables eléctricos para sus circuitos de distribución, apartarrayos, cortacircuitos, aisladores de porcelana, cables de aluminio, de cobre, aisladores de vidrio, trasformadores de distribución.
—¿Qué pasa con los medidores que siempre son IUSA?
—Los medidores son licitaciones internacionales. Pero año con año las hemos ganado, porque los volúmenes son altos y los plazos son cortos. Prácticamente no hay otro fabricante de medidores de luz con la capacidad de respuesta del volumen que requiere de la CFE. Para lograrlo, todo el año estamos fabricando los medidores.
Sin embargo, aun cuando se trata de un cliente enorme, el más grande de IUSA consta del 28% de la facturación, la exportación otro 25% aproximadamente y el resto está pulverizado en constructoras, distribuidores, medio mayoristas. Es decir, no tienen toda la apuesta a una partida. Aunque esa partida se haya ganado por 74 años, sexenio tras sexenio.
12. Innovación local
Las compañías de luz requieren ir por delante de las necesidades de la población y la industria para no volverse un freno del desarrollo, me explica Carlos Peralta. Como IUSA invierte en innovación ha desarrollado entre otras cosas los medidores que le proveerán de información valiosísima sobre el consumo de cada casa. De esta manera se podrán regular más eficazmente los transformadores de las colonias. Incluso, con una tarjeta que se coloca sobre el medidor, el consumidor puede ver exactamente cuánto tiene que pagar, cuánto consumió, y más información, todo de manera mensual.
La última parada antes de dejar Pastejé es una vieja nave industrial. “Aquí voy a fabricar paneles solares”. La planta que se abrirá a principios del próximo año está basada en un diseño alemán, pero toda la mano de obra es de los mismo empleados de IUSA. “Antes tenías que contratar a los alemanes para que ellos implementaran la planta. Ahora nosotros estudiamos los planos y la armamos nosotros mismos. Además de varios brazos robóticos, esta nueva planta hace ver a la de medidores de energía eléctrica como algo del pasado. Se trata de la nueva apuesta de Carlos Peralta: energía sustentable, todo hecho en México.
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Para darme una mejor idea de cómo se maneja la información de la producción en Pastejé, el mismo Carlos Peralta me muestra cómo le envían, directamente a su celular, la producción del día a día de los medidores. En la pantalla de su iPhone 5 alcanzo a leer a su proveedor de telefonía: “Telcel”.