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La propuesta de reforma hacendaria del presidente Enrique Peña Nieto propone la eliminación del Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU), lo cual constituye una de las mejores noticias para el sector empresarial, ya que su determinación y cálculo complicaba el pago de impuestos.

De aprobarse estas medidas en el Congreso, se facilitará el cumplimiento y la fiscalización en el pago de contribuciones empresariales, reconocen expertos fiscalistas.

Uno de los temas más polémicos de ese impuesto fue la imposibilidad de deducir gastos estrictamente indispensables como los sueldos y salarios, intereses y regalías.

Las personas morales que realizan actividades productivas y quienes estaban como profesionistas independientes y empresarios del régimen general serán las que se beneficien de esta medida.

Con la eliminación del IETU, el erario dejará de recaudar 16 mil millones de pesos.

De acuerdo con los expertos fiscalistas, habrá que determinar qué sucederá con los montos de IETU acreditable contra el Impuesto Sobre la Renta (ISR), ya que la ley permitía el acreditamiento de ambos gravámenes, en términos del artículo octavo. Sin embargo, dicho acreditamiento era limitado en una disposición anual de la Ley de Ingresos, lo cual generó que se acumulara un monto muy elevado a favor de los contribuyentes.

Respecto al Impuesto a los Depósitos en Efectivo (IDE), llama la atención su desaparición cuando constituía una buena herramienta recaudatoria y de control para quienes no pagan impuestos.

Dan nuevas facultades al SAT

El documento entregado ayer domingo por el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, detalla que con la abrogación de la Ley del Impuesto a los Depósitos en Efectivo (IDE) desaparecen la obligación de retener el 3% sobre el excedente de 15 mil pesos, que es el monto a partir del cual se grava esta contribución. Sin embargo, subsiste la obligación de informar por parte de las instituciones del sistema financiero al Servicio de Administración Tributaria sobre los depósitos en efectivo que se efectúen en las cuentas abiertas a nombre del contribuyente en dichas entidades.

Esta medida beneficia a los informales que realizan operaciones en efectivo a través de la banca comercial tradicional.

Con la desaparición de estos impuestos se elimina el sistema fiscal ISR-IETU-IDE, creado en el sexenio de Felipe Calderón y contra el cual el empresariado se inconformó desde un principio, debiendo destacarse que el IETU no fue un impuesto altamente recaudatorio, mientras que el IDE dio mejores resultados de lo esperado. “De aprobarse esta propuesta, el ISR dejará de tener impuestos mínimos de control como lo fueron el IETU, IDE e Impuesto al Activo”, cita Arturo Pueblita, profesor de Derecho Fiscal en la Universidad Iberoamericana.