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¿Cuánto creceremos este año?

F. Alejandro Villagómez| El Universal
Martes 01 de octubre de 2013

Twitter: @favillagomez

Sin duda ésta sigue siendo una pregunta relevante entre los diversos actores en nuestra economía. Hace algunas semanas, la SHCP redujo sus expectativas de crecimiento de manera sorpresiva, colocándolas en 1.8% para el 2013. El analista privado que las había colocado en la posición más pesimista era Banamex, quien unos días previos al anuncio de Hacienda había ajustado su proyección de crecimiento a 2%. El movimiento gubernamental fijó un nuevo punto de referencia e inmediatamente “el mercado” ajustó sus previsiones por debajo de esta referencia. Así funciona el mercado de las proyecciones, ¿o la “expectativas de mercado”? En días pasados, Hacienda nuevamente ajustó su previsión a 1.7%, como consecuencia de los recientes desastres naturales por Ingrid y Manuel. Por su parte, un promedio del “mercado” podría ubicarse actualmente en 1.5%. ¿Cuál debiera ser el valor correcto? La verdad es que no existe “el valor correcto”. Estas cifras son sólo valores esperados, en el mejor de los casos obtenidos mediante modelos, pero en muchos casos ajustados por “la experiencia”. Son sólo valores probabilísticos con diversos márgenes de error.

La realidad de las cosas es que el factor más importante ha sido “la incertidumbre”, que ha enmarcado el comportamiento de los mercados y la economía mundial desde que explotó la crisis mundial en septiembre de 2008. Esta incertidumbre se acentúa por momentos, lo que genera una importante volatilidad, y en este contexto es muy complicado cualquier ejercicio de modelaje del comportamiento futuro de muchas variables, particularmente en el corto plazo. En consecuencia, cualquier valor puntual que se adelante tiene un buen contenido de “lotería”. Lo más prudente es hablar de rangos, como lo hace el banco central, entendiendo que un valor puntual responde a una probabilidad que decrece en probabilidad con el aumento en la incertidumbre y volatilidad. En este sentido, creo que rango más razonable en este momento ubica al crecimiento de este año entre el 1% y el 1.6%.

¿Qué factores están aumentando la incertidumbre, empujando la previsión a la baja? El primero es la dupla Manuel-Ingrid. Estimar sus efectos negativos no es trivial, pues existen efectos de segundo orden, por ejemplo en la agricultura. El gobierno ha estimado una reducción de 0.1% en el crecimiento, lo cual es preliminar y desde mi perspectiva algo conservador. No me extrañaría que el efecto final oscilara entre un cuarto y medio punto del PIB. (Por cierto, este es el efecto en flujo, pero hay destrucción de capital que afecta al acervo). Un segundo factor se vincula a la rapidez con la que se pueda ejercer gasto público en lo que resta del año y no todo este gasto impacta de inmediato al producto. Un tercer factor se asocia a Estados Unidos, al menos en dos frentes. El primero es relativo a la decisión de a Fed sobre el QE que ha pospuesto, aunque eventualmente tomará, pero que adicionalmente provoca aumento en la incertidumbre afectando algunas decisiones de la economía real. El segundo frente es el fiscal y el conflicto respecto al gasto (en esta variable existe un límite para una decisión que venció la noche de ayer) y el tope de deuda de ese país. Al momento de escribir esta nota aún desconozco el resultado, pero en caso de no existir acuerdo se espera una reducción en la actividad pública de ese país, y cuyo efecto depende de la duración del conflicto. Un escenario aún más negativo sería el de un posible “default” de parte de la deuda de ese país si no se llega a un acuerdo respecto a aumentar su límite, lo que sí podría tener efectos más relevantes, pero en este momento son casi imposibles de predecir. Existen otros factores, pero que en principio tendrían efectos menores. Por cierto, la posible aprobación de la reforma fiscal no debiera afectar este año, a menos que pensemos en acciones de “decisiones adelantadas”. Por ejemplo, si pasa el tema del IVA en casas e hipotecas, que pudiera inducir adelantar el cierre de contratos en diciembre, u otras acciones de este tipo. Pero esto es demasiada “futurología”. Por lo pronto, el escenario para el cierre de este año no parece ser nada favorable.



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