Unieron sus vidas Jimena Gutiérrez y José de Yturbe
En la capilla de la Hacienda de la Laja, en Tequisquiapan, Querétaro, se unieron en matrimonio Jimena Gutiérrez Camarena y José de Yturbe Sordo Madaleno. Como para escena de telenovela se adornó la capilla, toda cubierta de flores, veladoras y encajes blancos, lo que provocó más emoción en los novios cuando entraron en ella y ante Dios se comprometieron a guardar fidelidad y respeto, así como a formar una familia unida en la que prevalezca la armonía. En ese importante momento de su vida, la pareja estuvo acompañada por sus padres. Los de ella, Antonio Gutiérrez Cortina y Rocío Camarena de Gutiérrez. Los de él, José de Yturbe y Magdalena Sordo Madaleno de De Yturbe, también estuvieron presentes familiares y amigos muy allegados a ambas familias. Durante la ceremonia religiosa el sacerdote Víctor Cano, después de bendecir la unión, dirigió un pequeño pero alusivo mensaje, en el cual pedía que así como se amaban en ese momento lo hicieran cuando surgiera algún problema en su futuro matrimonio. Al finalizar la homilía, los novios recibieron abrazos y sinceras felicitaciones por parte de los presentes, entre los cuales se encontraban los abuelos de Jimena: don Antonio Gutiérrez Prieto y su esposa Consuelo; Malena Bringas de Sordo, abuela de José. También compartieron su dicha: Antonio Ariza Alduncin y su esposa Lourdes; Heber y Enriqueta Peyrelonge; Isaac y Vicky Oberfeld; Prudencio López y su esposa Mercedes Sánchez Navarro de López, Claudio y Ana Luisa de Landucci, Eduardo Sánchez Navarro, Marcela y Rodrigo Rivero Lake, Bernardo Sepúlveda Amor, Alejandra Redo, Ninna Menocal, Joel Rocha, Manuel y María Therese Arango y Gerónimo Gutiérrez, quienes fueron testigos de la excelente recepción en su honor en el mismo rancho La Laja. Después del brindis, acompañado por el afecto de los invitados, se sirvió exquisita crema de huitlacoche, medallones de filete a la pimienta y pastel helado de fresa al coñac. Un pequeño crucero por Europa que durará cerca de 30 días será la luna de miel, obsequio de los padres de ambos, que con esto inician una vida más unida e indivisible, que lejos de perder un hijo, ganan otro.





