Casi todas las jóvenes creen que ingerir cacahuates, nueces, o pistaches provoca que al día siguiente aparezcan en su rostro pequeños granitos que serán como un volcán a punto de estallar.

Pero estudios científicos han comprobado que no es necesario dejar de comer estos alimentos, para combatir el acné, ya que los cacahuates contienen grasa vegetal y una cantidad de nutrientes benéficos, como proteína, fibra, ácido fólico, zinc, etcétera.

El acné que se manifiesta con los molestos granitos, principalmente en el rostro, pecho, y espalda, provienen de la acumulación de células muertas y de sebo en el conducto que va de las glándulas sebáceas de la piel hasta la superficie. El sebo tapa el conducto originando comedones o espinillas. Con el tiempo, el sebo y las bacterias se filtran hacia el tejido cutáneo vecino, produciendo una inflamación que termina con la formación de una pústula o ?grano?. Cuando los granitos aparecen el adolescente desaparece, o por lo menos esto quisiera hacer, ya que la presencia de acné es a menudo causa de vergüenza.

El acné está relacionado con los cambios en la secreción de hormonas sexuales característicos de esta edad, en combinación con otros factores como puede ser la herencia y el estrés.

El problema suele atenuarse a medida que transcurren los años. el tratamiento más efectivo es el cuidado de la piel, incluye la limpieza y el uso de preparaciones tópicas o de antibióticos que deben ser prescritos por un dermatólogo.

Dime qué comes y te diré quién eres

La creencia popular es que tanto su origen o causa como su tratamiento radica en qué es lo que comes. Generalmente se asocia su aparición al consumo de alimentos con alto contenido de grasa, como el chocolate, los cacahuates, así como otros alimentos con alto contenido de sacarosa o de grasas, presuponiendo que si el consumo de estos alimentos se evita, también el molesto acné. Sin embargo, estas recomendaciones son muy empíricas y varios estudios controlados no han logrado demostrar su efectividad. Más lógico es el mantenimiento de una piel sana y una buena función metabólica global consumiendo una dieta con alto contenido de frutas, verduras y otros componentes dietéticos que aseguren una ingestión suficiente de nutrientes.

La vitamina A contribuye a conservar los tejidos epiteliales en estado sano, entre ellos la piel; de ahí que se prescriban o recomienden grandes dosis de esta vitamina. Sin embargo el acné no se debe a deficiencia de la vitamina A; numerosos experimentos prueban que no se disminuye al administrar esta vitamina, además se pueden registrar síntomas de toxicidad.

Una forma de vitamina A, el ácido retinoico, ha resultado útil en el tratamiento de esta afección dermatológica. Al ser aplicado tópicamente en una crema ayuda a aflojar los comedones facilitando así el flujo normal de sebo hacia la superficie de la piel, en estos casos se emplea como medicamento y por lo mismo requiere de supervisión del médico.