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“Ross” o “Rosy”, como la llaman sus amigos, fue educada en la religión católica, es devota de San Judas Tadeo y, según su amigo Manuel, va a misa los domingos y comulga.

Estudió la primaria en el Liceo Franco Hundureño. La secundaria y la preparatoria, en la prestigiada Academia Saint Patricks.

Luego de una estadía de año y medio en Suiza para estudiar francés, Rosalinda regresó a su país a estudiar las licenciaturas en Administración de Empresas Turísticas y Mercadotecnia y la de Ventas en la Universidad Tecnológica de Centroamérica (UNITEC). Antes de regresar a su país, una eventualidad la dejó varada cuatro días en la ciudad de México.

Entró a la política gracias a su segundo esposo, Javier Valladares. Él la llevó a trabajar a la casa presidencial con el ex presidente hondureño Manuel Zelaya. El matrimonio duró menos de dos años. Rosalinda se mantuvo en el gobierno e incluso mejoró su posición, tanto, que se convirtió en embajadora de Honduras ante México en 2007.

Cuando la revista Estilo le preguntó (en enero de 2009) cuál era su estrategia frente a las críticas, ella respondió: “Ignorarlas y aprender a vivir con ellas”. Esa revista perteneció a su primer esposo, Javier Kawas. Su boda con Kawas se realizó en la iglesia de la Medalla Milagrosa. La fiesta fue en el Centro de Convenciones del hotel Honduras Maya.

El matrimonio Kawas-Bueso decidió radicar en Estados Unidos. Fue allá donde la relación terminó a dos años de haberse casado.

El novio Yamil

Rosalinda y su “pandilla” (integrada por Lucrecia, Jacobo Luna y el propio Manuel) tenían como una de sus diversiones favoritas “dar el rol” (pasear por la ciudad). En el coche de Manuel recorrían las avenidas principales de la ciudad. También solían tomar té frío en el restaurante Jacks.

Ya en la preparatoria, la “pandilla” era más afecta a las fiestas en casa que a las salidas nocturnas. Sin embargo, asistían a clubes como el Arenas en el Boulevard Morazán.

En esa época -recuerda Manuel-, Rosalinda se hizo novia de Yamil, también alumno del Saint Patricks.

“Era una persona muy tranquila, de pelo negro, narizón. Era un grado mayor que nosotros”.

Luego de cursar la secundaria y la preparatoria en Saint Patricks, Rosalinda y Manuel partieron juntos a Suiza para estudiar idiomas.

Ella se inclinó por el francés; él, por el alemán. Aprovecharon para recorrer Europa, hacer ejercicio y cumplir con el rígido esquema de estudios.

“Ya hasta nos habíamos arrepentido porque íbamos todos los días a clases. Sólo el miércoles descansábamos”, recuerda Manuel.

Sus gustos: ensalada sin crutones

La revista hondureña Estilo entrevistó a Rosalinda en enero de 2009, seis meses antes del golpe de Estado que derrocaría a Manuel Zelaya de la presidencia de Honduras. En esa ocasión dijo en la entrevista que cocina, escribe y le gusta el teatro.

De acuerdo con su amigo Manuel, Rosalinda es fanática del gimnasio casi tanto como de la ensalada césar sin crutones, ni aderezo.

La novia de Ebrard no gusta de las salidas nocturas. Prefiere los lugares tranquilos y la compañía de buenos amigos o la familia. Por eso se siente segura en México.

Cancún se ha convertido en una de sus playas favoritas. En este sitio ha probado los escamoles y los sinsabores de la política.

El golpe de Estado contra Zelaya provocó su destitución como embajadora. Pero el gobierno mexicano la sostuvo y Marcelo Ebrard le brindó protección policiaca para que pudiera ingresar a la embajada. De esta forma fue como se conocieron y comenzó una nueva historia

Hoy Rosalinda realiza labores de consultoría en temas tan diversos como la política, el turismo y la salud. A partir de octubre tendrá una importante tarea que será ser esposa de un aspirante presidencial.