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Pocas personas saben que el príncipe Rainiero tuvo antepasados en México, aunque, a juzgar por su fisonomía y color de cabello, no resulta demasiado difícil de creer.

Por lo tanto, por las venas de Alberto de Mónaco quien contraerá matrimonio hoy con la ex nadadora sudafricana Charlene Wittstock, también corre sangre mexicana, pues su abuela, la princesa Carlota de Monaco, se casó con un aristócrata francés, el conde Pierre Marie Xavier Raphael Antoine Melchior de Polignac y de la Torre (1895-1964), hijo del conde Maxence de Polignac (1857-1936) y de su esposa, una acaudalada criolla mexicana, Susana de la Torre y Mier (1858-1913), abuela paterna del príncipe Rainiero.

Familia ilustre

Susana fue hija de don Isidoro de la Torre y Gil y doña Luisa Mier y Terán y Celis, hija de Gregorio de Mier y Terán y María de Celis.

Don Isidoro fue el fundador de la casa Jecker Torre & Cía., una sociedad financiera y mercantil responsable de emitir los bonos que serían el pretexto para la intervención francesa; además, fue propietario de docenas de minas en los estados mexicanos de Guanajuato, Hidalgo, Michoacán y Chihuahua.

También fue un importante hacendado, tenía 10 haciendas y vivía con su familia en el palacio de los Marqueses del Apartado, un edificio de cantera de estilo neoclásico, aún ubicado en la esquina de la calle de Donceles y República de Argentina, en el Centro Histórico de la ciudad de México .

Su hermano, Ignacio de la Torre y Mier, se casó con Amada Díaz, hija predilecta del presidente mexicano Porfirio Díaz con su amante, una india de Guerrero llamada Rafaela Quiñones.

El resultado es que varias familias mexicanas están emparentadas con los príncipes de Mónaco, entre ellas los de Teresa y Polignac, los de la Torre, los Mier y Terán y los Amor, entre algunos otros.