El miedo se respira en el arte
INGENIO. El grupo de creativos reinterpreta de manera original los temores que el ser humano puede llegar a sentir en cualquier situación, en donde lo desconocido toma diferentes formas y se convierte en pesadilla. (Foto: ALMA RODRÍGUEZ EL UNIVERSAL )
gerardo.leon@eluniversal.com.mx Desde un teléfono con el que se puede hacer contacto con los muertos, hasta un mural en el que se plasman espectros; un sinnúmero de sensaciones extrañas son las que se pueden vivir en una singular muestra que interpreta en forma artística todos los sentimientos relacionados con el temor a lo desconocido. Se trata de Darker Than Night, presesentada por Artenación y el Casino Metropolitano Espacio Cultural, ubicado en la calle de Tacuba número 15, en el Centro Histórico, y que estará abierta hasta el 5 de diciembre. La muestra es una colectiva del trabajo de 16 artistas suecos y mexicanos. “La apropiación del título de la muestra es la traducción al inglés de la película de Carlos Enrique Taboada Más negro que la noche. Darker Than Night te remite a esos lugares oscuros donde los relatos macabros toman vida; es un título que se abría bastante para dar origen a la exploración artística”, dijo Gabriel Mestre, curador de la muestra en conjunto con Katrin Bedjhou Arshi, quien participó en la parte curatorial que corresponde a Suecia. Para Mestre y Bedjhou es difícil poder explicar el terror; aseguran que aunque en esta muestra se ha convertido en un medio para hacer arte, también es una expresión que puede ser cultural y psicológica y que posee un sinnúmero de parámetros para manifestarse. Un espacio especial Mestre y Bedjhou nos explican que para este tipo de exhibición se necesitaba un lugar que no fuera la clásica galería o un museo con paredes blancas. Su idea como curadores es llevar al arte contemporáneo a otros sitios, explorando de forma creativa sus dimensiones y su ambiente. “Este lugar ( el casino) es un accidente para la creatividad, un extraordinario camino para para trabajar con el arte contemporaneo”, expresa Bedjhou. Creaciones que atemorizan La exposición sorprende desde que el espectador entra al lugar; poco a poco va descubriendo en su recorrido una experiencia escalofriante. Al inicio nos encontramos con una pieza de Matti Kallioinen, montada en el lobby del enorme lugar. Kallioinen es uno de los artistas jóvenes con más auge en Estocolmo; hace grandes producciones y realiza sus propios films en los que hace una interesante exploración de las ciencias congnoscitivas que surgieron en los años 50 como el transhumanismo, que habla de la posthumanidad y de cómo será la raza humana en el futuro. Gabriel de la Mora presenta tres frgamentos de un muro que fueron extraídos de una vieja casa abandonada de la colonia Roma, la cual se dice que está embrujada. Los seleccionó con la ayuda de varios videntes y síquicos. Los expertos indicaban al artista en qué parte de la pared había una energía especial y de la Mora, ayudado por un equipo de restauradores y conservadores de arte, logró enmarcar cada trozo de pared como una obra de arte; estos fueron montados en una especie de laberinto de listones de madera. La relación arte y cine También aparece la obra visual de Asa Cederqvist, quien documenta en video “un performance frustrado en donde ella participó y en el que sufrió un accidente que casi le costó la vida. Ella reflexiona sobre el por qué ocurrió aquello y una de las posiblidades a las que llega como conclusión, es que muy probablemente su mismo inconsciente lo haya provocado, en términos de que la mente y sus procesos tienen mucho que ver con la condición emocional. Asa describe aquí esa sensación y su accidentada experiencia y los agrupa bajo el concepto de fatalidad a través de este video”, comenta Mestre. “Es como una ventana que se abre en una caverna” dice Mestre al respecto del mural de Jakob Krajcik, que tiene siete metros de alto y veinte de largo y en el que ha plasmado abundantes imágenes amorfas y terroríficas. En medio de esa caverna hay suspendido un trozo de tronco de 500 kilos, el cual está colgado de 500 hilos de nylon; es decir que cada hilo carga un kilo del pesado y extraño tronco. “El mural es todo lo que ves en tus sueños e incluso en la oscuridad, son esas formas que se aprecian cuando cierras y aprietas los ojos y empiezas a descubrir figuras que no puedes explicar”, explicó Krajcik. Pasamos a las fotos de Luis Aguilar de gran formato, en las que retrata bosques nevados en la noche y atardeceres que dan la sensación de desolación. En la parte superior de esta galería improvisada, hay una área de exposición que, según Mestre, es totalmente congruente con el resto, pues tiene que ver con la fantasmagoria, con la paranormalidad y con la vida y la muerte. “Hay cinco piezas: una proyección en blanco y negro de una mujer flotando al revés. Después, vemos cuatro grabados costumbristas de principios del siglo XX, de la autoría de José Guadalupe Posada, que son portadas de prontuarios de hechicería. Contacto con el más allá También hay un teléfono en el cual, a través de frecuencias de radio, en algunos momentos de mucha suerte para el visitante se podría contactar y conversar con los muertos más queridos y otros seres del más allá. “En el teléfono hay un ruido estático característico de las frecuencias de radio. La pieza se llama 1485 megahertz, que es el principio de las frecuencias de Friedrich Jurgenson, un investigador sueco que al final de su vida se interesó por lo paranormal. “Fue así que el artista sueco Carl Michael von Hausswolff reinventó este teléfono, a semejanza de aquel con el que Jurgenson podía, según él, hablar con los seres de ultratumba”, dice Mestre. En la terrorífica y divertida muestra participan los creadores: Luis Aguilar, Ricardo Alzati, Manolo Arriola, Marcelo Balzaretti, Ingmar Bergman, Asa Cederqvist, Benjamin Christensen, Katya Gardea, Charlotte Gyllenhammar, Matti Kallioinen, Jakob Krajcik, Esaú de León, Gabriel Santamarina, Francisco Fernández Taka, José Guadalupe Posada y Pilar Villela, entre otros.