Los hombres también se enamoran y hablan de amor
claudia.ramirez@eluniversal.com.mx
En la película Sex and de City, Carrie Bradshaw (Sarah Jessica Parker) saca de la biblioteca pública un hermoso libro de cartas de amor escritas por hombres célebres que lee en voz alta a Mr. Big (John James Preston).
Después del estreno, miles de fanáticas de la historia acudieron a las librerías en busca de este ejemplar, pero cuál sería su grande decepción al enterarse que tal publicación no existía.
Las cartas de amor eran reales, por lo que sólo se necesitó de la buena voluntad de la producción del programa y la película, y de un intenso trabajo de investigación para para recopilarlas, ordenarlas, seleccionarlas y darlas a conocer al mundo entero con todos sus detalles.
La recopilación estuvo a cargo de la reconocida escritora Úrsula Doyle, quien hasta hace poco era subeditora de la editorial Picador y quien vive en Londres.
La publicación
El libro, titulado Los grandes hombres también hablan de amor, contiene las cartas románticas que escribieron importantes personajes de la historia como Beethoven, Lord Byron, Diderot, Victor Hugo, Mozart, Napoleón y Oscar Wilde, entre otros personajes.
A través de los textos, es posible percatarse que, a pesar de los años, los hombres no han cambiado tanto. La pasión, los celos, la esperanza, el deseo y otros aspectos, siguen siendo los valores fundamentales que gobiernan sus vidas.
El rey Enrique VIII, por ejemplo, conoció a Ana Bolena en 1526, cuando estaba aún casado con su primera esposa, Catalina de Aragón. Después de años problemáticos y de caos, la controvertida pareja se casó en enero de 1533.
“Mi corazón y yo nos rendimos a vuestras manos y suplicamos que nos encomienden a vuestra gentileza, y que a causa de la ausencia vuestro afecto no disminuya hacia nosotros, porque eso aumentaría nuestro dolor, lo que sería una gran y terrible pena...”.
Napoleón le escribió varias cartas a Josefina. Algunas poco después de su boda y otras cuando el matrimonio se había deteriorado de gran manera.
“Al leer tantas cartas de amor y descubrir las historias que se ocultaban detrás de ellas, era tentador pensar que los bárbaros modernos han perdido la fe tanto en el amor a sí mismos como en el arte de su expresión.
“No fueron las apasionadas y elegantemente redactadas declaraciones lo que encontré más conmovedor en las cartas, sino las que sacan a la luz una expresión genuina de un sentimiento verdadero”.
En la película, Carrie lee una carta que Ludwig van Beethoven le escribió a Antonie Brentano, esposa de un mercader de Frankfurt y que se incluye por supuesto, en este volumen.
Son las últimas frases de ésta las que logran, al final de la cinta, que la bella heroína perdone a Mr. Big por plantarla en el altar: “Siempre tuyo. Siempre mía. Siempre nuestros”.





