PARÍS.— Los diseñadores parisinos comienzan a ver luz al final del túnel, a juzgar por la primera mitad de los desfiles de prêt-à-porter para la primavera-verano 2010.

Tras el arranque el miércoles, los desfiles han ido tomando cuerpo durante el fin de semana. El jueves comenzaron a verse grandes nombres como Balenciaga, Balmain y Nina Ricci, a los que siguieron Dior, Lanvin y Gaultier.

Balenciaga presentó una propuesta de marcadísimos cortes futuristas, estrechas minifaldas y una buena combinación de cuero con colores brillantes.

En el desfile de Nina debutó Peter Copping, a quien, tras las turbulencias vividas por la firma, le quedaron pocos meses para preparar su colección que mostró elementos de lencería y delicados vestidos de seda en tonos pastel.

Jornada de cine

Hollywood y sus estrellas aportaron el viernes algunas de las más espléndidas siluetas para el verano, con dos desfiles particularmente cinematográficos: el de John Galliano para Christian Dior y el de Alber Elbaz para Lanvin.

Galliano fue tan lejos en el séptimo arte que, además de convertir su desfile en un homenaje total a la actriz Lauren Bacall, se disfrazó de Humphrey Bogart para saludar a su público.

Lo más Bacall-Dior será lucir un escotado mini vestido-short, de satén lila y encaje negro, a juego con zapatos lila de grueso y altísimo tacón y con el negro brillante de unos calcetines cortos.

Lanvin trasladó a su público a un ambiente no menos hollywoodense pero mucho más relajado y tropical, al ritmo de mangos y boleros.

Elbaz propuso una silueta estival apta para entrar triunfalmente en los más exquisitos festivales de cine.

Se vieron vestidos cubiertos de lentejuelas doradas y de resplandecientes flecos de cristales, ante una asistencia que había sido recibida con cocteles de frutas tropicales, a juego con la música de fondo y el tema del desfile.

El jumpsuit es una de las siluetas principales así como los vestidos cortos de un solo color: negro, carmín o rosa piel que marcarán la elegancia Lanvin, junto con trajes de chaqueta de inspiración masculina, adornados con drapeados, en los que la prenda principal, sin mangas y construida en tejidos muy etéreos, se convertía en realidad en una blusa.

Sexy y anaranjado

La lencería y el naranja, muy vivo, unieron los desfiles nocturnos de Loewe y de Gaultier, ambos con sus respectivos personajes nacionales e internacionales como Janet Jackson y Catherine Deneuve, Marisa de Borbón e Isabel Preysler.

Dita von Teese y el duque de Lugo acudieron igualmente a sus citas con París, la primera con Jean Paul Gaultier, para sentarse no muy lejos de la hermana de Michael Jackson, cuyo paso por los salones del modisto francés provocó verdadero estrépito.

La colección está centrada en el tema vaquero, con petos anchos, vestidos azul mezclilla y pantalones del mismo color, destrozados y desgarrados. Siempre combinados con gorros a juego y sujetadores y otras lencerías de lujoso satén naranja, azul o verde.

Después de Nueva York, Londres y Milán y hasta París, abundan sujetadores, corsés y ligueros por todas partes, estos últimos empleados por Gaultier como una especie de cinturón colgante para, por ejemplo, un traje de chaqueta más bien de corte clásico.

Con el modisto británico Stuart Vevers la pasarela de Loewe quedó bajo el dominio absoluto de la elegancia y la modernidad. Empezando por el espectacular trabajo artesanal de la piel, con un efecto visual de encaje, cuando en realidad se trata de pura napa supermantequillosa, según el término utilizado.

Aquí también hubo un homenaje, pero ante todo a Loewe, la legendaria firma española, por la que el modisto británico demostró profesar verdadero amor.

El deporte fue otro gran tema de inspiración en esta colección magistral, que quiso ser visiblemente joven. De ahí los efectos de transparencias, el uso de lencerías muy visibles, de vestidos-corsé de volantes, de mini-tops cruzados o los grandes collares en torno al cuello.

En cuanto al naranja, que Gaultier concentró en numerosos conjuntos y vestidos, con Loewe se destinó ante todo a pequeños pero esenciales detalles.

Domingo de lujo

Desfiles del más alto nivel, como el de Karl Lagerfeld, Ungaro o Costume National hicieron vibrar ayer el universo de la moda en París.

La quinta jornada fue la elegida por Ungaro para el debut de un dúo inédito, formado por la modista española Estrella Archs y la actriz y cantante estadounidense Lindsay Lohan. La colección que presentaron es juvenil, audaz, hecha de minifaldas, minivestidos, miniboleros y siempre sobre tacones altísimos.

Karl Lagerfeld abrió la jornada con una hermosa colección recibida por una severa protesta contra el uso de pieles.

No hubo, sin embargo, piel alguna en la colección mostrada por el gran modisto alemán, donde los shorts anchos y muy estructurados, y desde luego, mini, fueron la prenda clave, junto con minivestidos blancos, negros o grises.

Varios famosos vinieron a aplaudir al maestro, como las cantantes Katy Perry y Rihanna y la banda The Misshapes.

Por su parte, desde el Carrousel del Louvre, Costume National hizo gala de una sobriedad inesperada, en colores tierra, plata y ceniza, mientras la firma Paule Ka en la vecina rue Saint-Honoré exploró el negro en profundidad en su showroom de lujo. (Agencias)