Marajás, leyendas que viven
maria.salmeron@eluniversal.com.mx Se les llama maharajás, marajás o grandes reyes, traducción del sánscrito. Sus nombramientos fueron abolidos por Indira Gandhi en 1971, pero en la tradición india aún se conserva su poderío. Aunque ya no sea un cargo oficial, los marajás y maharanís (en caso de que sea mujer) siguen siendo una figura de autoridad y respeto, y como muchos otros gobernantes, heredan sus cargos y poseen grandes riquezas. Un representante de esta estirpe, Gaj Singhji II de Marwar, maharajá de Jodhpur, visitará México por la celebración del Octavo Campeonato Mundial de Polo, a realizarse del 21 de abril al 3 de mayo. Él es embajador honorario de la Federación Internacional de Polo y viene en calidad de autoridad del órgano y también como aficionado de este deporte. Una historia de mandato El gobernante de la ciudad de Jodhpur, Gaj Singhji, nació en 1948 como único hijo del maharajá Hanwant Singhji de Jodhpur y su esposa, la maharaní Krishna Kumari de Dhrangadhra. Tras la repentina muerte de su padre, en un accidente de avión, Gaj Singhji asumió el título y los cargos cuando tenía sólo 4 años. Al poco tiempo fue coronado. El pequeño creció junto a sus hermanos y su madre Rajmata Krishna Kumari. A los ocho años fue enviado a Cothill y después a Eton College para estudiar la preparatoria. Una vez terminada esta etapa de su educación, siguió en la escuela Christ Church, en Oxford, donde obtuvo la licenciatura en Filosofía, Política y Economía. En 1970, Gaj Singhji volvió a Jodhpur para hacerse cargo de sus responsabilidades como maharajá titular de su tierra natal y como cabeza del clan Rathore. En 1973, se casó con Hemalata Rajye, hija del rajá de Poonch, un feudo mayor del estado de Kashmir. Ahora, ambos tienen una hija, Shivranjani Rajye (de 34 años), y un hijo Shivraj Singhji (de 33 años). Gaj Singhji ha servido a la India con el cargo de alto comisionado en Trinidad y Tobago. También tuvo un cargo en Rajya Sabha, la cámara alta del Parlamento Indio. Afición al polo El polo es uno de los deportes favoritos en la India, ligeramente por abajo del criquet, pero bastante popular, sobre todo entre la clase gobernante y pudiente. El maharajá Gaj Singhji no es la excepción, y es reconocido por ello. De hecho, Jodhpur es uno de los pueblos con mayor tradición en esta disciplina. La intervención inglesa hizo que el polo de este lugar se modernizara. A finales del siglo XIX, esta ciudad tuvo uno de los equipos más poderosos del mundo, y en 1922 el de la llamada Ciudad Sol ganó el título de Mejor equipo de India. También a principios del siglo XX, tuvo el gran honor de derrotar al equipo militar de Estados Unidos y ganar así la Copa de Campeones Hurlingham y el Abierto Roehampton.





